Prisión
Isabel Pantoja, a punto de revivir su peor pesadilla
Se enfrenta a tres años de prisión por un supuesto delito de insolvencia punible
Isabel Pantoja encara con temor el próximo 22 de marzo. La tonadillera se enfrentará ese día a una nueva cita legal en el Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga, donde declarará en calidad de acusada como «cooperadora necesaria» de un supuesto delito de insolvencia punible. Los hechos por los que la cantante está siendo procesada se remontan al año 2015, cuando liquidó su célebre finca «Mi Gitana», el hogar que compartió con Julián Muñoz, su expareja, hasta que la Operación Malaya tornó su sueño marbellí en una auténtica pesadilla.
Con la venta de la vivienda, propiedad de Panriver 56 –cuya única administradora es Isabel Pantoja–, se debería haber satisfecho una deuda que la sociedad de la cantante mantenía con la empresa Codabe S.L. A su vez, esta última también presentaba pasivos en favor de Hormofer, que esperaba recibir sus ingresos tras la operación inmobiliaria. Sin embargo, la Fiscalía acusa a las dos primeras compañías de haber llegado a un acuerdo extrajudicial que terminó perjudicando a la tercera, que nunca recibió su dinero. Así lo explicó a LA RAZÓN Juan Luis Alamillo, el abogado de Hormofer SL: «Isabel Pantoja se puso de acuerdo con el autor del ilícito, el abogado de Codabe SL, para beneficiarse mutuamente en perjuicio de la víctima, Hormofer SL, una empresa que no llegó a cobrar el dinero que este le debía pese a que los juzgados habían señalado a ésta última como la verdadera acreedora de una empresa de Isabel Pantoja, Panriver 56».
Sus peores recuerdos
La tonadillera se enfrenta así a una condena de tres años de prisión, un escenario perturbador que trae a su memoria los peores recuerdos de Alcalá de Guadaira. El equipo legal de la cantante está haciendo todo lo posible para evitar que su clienta pase de nuevo por aquel infierno que ni siquiera menciona. Las últimas informaciones sugieren que se han intentado esgrimir problemas de salud mental en pos de aplazar todo lo posible la cita judicial prevista para el martes.
Más allá de su estrategia legal, lo cierto es que el estado anímico de Isabel Pantoja atraviesa sus horas más bajas. Fue su hija quien confesó que padecía una profunda depresión y que se mantenía aislada del mundo entre los muros de Cantora. Los ataques que su primogénito, Kiko Rivera, le dedicó públicamente desde diferentes platós de televisión, sumados a los numerosos problemas económicos que se le acumulan, habrían pasado factura a una Isabel que ya no puede más.
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