La crónica de Amilibia
La Yolanda cuando besa...
“La imagen más expresiva, apasionada y sensual de la victoria de Sánchez en el Congreso tras aprobarse su decreto anticrisis, el beso de una alianza definitiva más allá de la plataforma de la vice segunda”
Es la foto de un idilio destinado a ir más, por lo menos hasta finales de 2023. No se trata de un calentón primaveral. Comento la foto que este periódico publicó en primera página el pasado viernes, la imagen más expresiva, apasionada y sensual de la victoria de Sánchez en el Congreso tras aprobarse su decreto anticrisis, el beso de una alianza definitiva más allá de la plataforma de la vice segunda. En la foto no se aprecia si hubo conato o intención de lengua, pero se ve a Yolanda Díaz, esta vez con un modelo a cuadros, fresco y ligero, volcada sobre el presi cual novia vehemente y ardorosa en plena primavera del Corte Inglés. Él espera inmóvil y algo frío, como distante, quizá sorprendido por la volcánica avalancha de la dama roja, tratando de mantener la compostura que la dignidad presidencial y Begoña Gómez exigen.
Ella es la que se ofrece y Él parece limitarse a recibir el laurel de sus labios amorosos, cálidos, con los ojos cerrados y las manos quietas, por si acaso. Faltó el abrazo de reguetón, que era lo que ansiaba la bancada socialista para aplaudir con más arrebato y excitación que nunca. Esta vez no pudo ser, pero todo se andará. Hasta 2023 quedan muchos besos. Ya le debe uno muy fuerte a Mertxe Aizpurua, la portavoz de Bildu, y otro, éste a tornillo, a Maritxell Batet, presidenta del Congreso. El de la proetarra será en la intimidad, en plan secreto oficial y foto exclusiva del CNI.
La imagen necesitaba de fondo un pasodoble: «La Yolanda cuando besa/ es que besa de verdad/ y a ella no le interesa/ besar por frivolidad…».
Ay, la foto. Ahora, a por «El último tango en París».
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