Opinión
El diario de Amilibia: Si me duele España, ¿caerá un poco de maría?
“Calviño habla de cuellos de botella en las cadenas de suministros, y yo sueño con pegarle a la botella como en los viejos tiempos”
Si el tiempo que dedica el Gobierno a buscar culpables, rectificar y reconocer lo evidente lo empleara en hallar verdaderas soluciones, España sería Noruega, pero el circo resultaría más aburrido. Ha dicho Nadia Calviño: «Está claro que tenemos que trabajar con un nuevo escenario de inflación más alta durante más tiempo a nivel internacional». La clave está en esas últimas palabras: «a nivel internacional», o sea, que lo malo que nos sucede es un mal común, global. Mal de muchos, consuelo de españoles. Putin y su guerra es culpable de todo, dicen nuestros prestidigitadores, mientras ya preparan el terreno para que nos hagamos a la idea de que aquellos famosos 140.000 millones de los fondos europeos para la recuperación no van a servir para mucho: la inflación arrasa con todo. Ale hop, se acabó la fiesta antes de empezar.
Calviño habla de cuellos de botella en las cadenas de suministros, y yo sueño con pegarle a la botella como en los viejos tiempos. Un consuelo imposible, el cuerpo ya no admite vicios del pasado. No busquen la luz en este caos: está muy cara. Si quieren esperanza, piensen que los porros dispensados por la Seguridad Social están cada día más cerca: ya hay aval del Congreso a la utilización del cannabis medicinal. Saben que sufrimos y ya nos preparan parches de marihuana, jarabe de costo o paracetamol con su gotita de mandanga. Además, un país de colocados aliviaría mucho el paro. Y dice Bill Gates: «Sólo se puede ser optimista a largo plazo si se es lo suficientemente positivo para sobrevivir a corto plazo».
No sé qué bebe este hombre por las mañanas. Doctor, me duele España, ¿podría recetarme un poco de maría?
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