Reportaje

Rocío Jurado: visitamos el museo de la polémica

El pasado 7 de julio, el Centro de Interpretación Rocío Jurado, la voz del milenio, abrió sus puertas en Chipiona, poniendo así fin a décadas de controversias

Museo de Rocío Jurado
Museo de Rocío JuradoLa RazónLa Razón

El Centro de Interpretación «Rocío Jurado, La Voz del Milenio», abría sus puertas al gran público el pasado 7 de julio, tras más de diez años de esperas y después de una inauguración multitudinaria en la que no estuvieron presentes los miembros de la familia de la artista, tan solo Rocío Carrasco, siendo esta la gran y única protagonista. Un mes y medio después, el conocido popularmente como «Museo Rocío Jurado» ya ha acogido en su interior a más de 10.000 personas de diferentes puntos de la geografía española, con una media de más de 200 personas al día, tal y como ha desvelado recientemente el alcalde de Chipiona (Cádiz), Luis Mario Aparcero, durante la presentación de la nueva semana cultural dedicada a «La más grande».

La dirección de este centro de interpretación ha asegurado que «el público está muy contento», a la vez que reconoce que «hay algunos detalles que hay que mejorar de cara al futuro». De hecho, han habilitado un buzón de sugerencias para que todo aquel que lo desee manifieste sus opiniones con total libertad. Deslizan que el centro ya cuenta con la confirmación de cuarenta autobuses de diferentes grupos que se trasladarán hasta el municipio gaditano para conocer gran parte del legado de una Rocío Jurado cuya memoria está más viva que nunca.

El interior del museo

LA RAZÓN ha sido testigo directo de todo lo que alberga este espacio artístico ubicado en la Avenida de Granada de Chipiona. A las afueras del recinto, son varias las personas que continuamente se fotografían junto a la imagen de la cantante. Al acceder al interior, tan solo cinco minutos bastan para hacerse con la entrada, que sin descuentos tiene un precio de nueve euros.

Nada más entrar, y durante todo el recorrido, el sonido de la música de Rocío Jurado te acompaña. No faltan todas y cada una de las portadas de los discos de la artista, estampadas en las paredes.

La hija de la cantante Rocio Jurado, durante la inauguración del Centro de Interpretación Rocio Jurado hoy sábado en la localidad gaditana de Chipiona. EFE/Román Ríos.
La hija de la cantante Rocio Jurado, durante la inauguración del Centro de Interpretación Rocio Jurado hoy sábado en la localidad gaditana de Chipiona. EFE/Román Ríos.Román RíosAgencia EFE

Dejando la música de lado por un momento, comienza un resumen de su infancia y juventud, con imágenes de la protagonista junto a su familia, como con sus hermanos, Gloria y Amador Mohedano. Otra con su tío Manolín, recientemente fallecido, y demás amigos y conocidos. Sus diferentes pasaportes y sus premios como artista también están expuestos.

A continuación, los trajes emblemáticos que llevó Rocío durante la década de los años sesenta y con los que consiguió importantes reconocimientos. Tocados de pelo, el collar que usó en la película «La Querida», broches de cordel dorado, una peineta de nácar y otra de plata. Los más curiosos también podrán encontrar su agenda personal o las gafas que usaba para sus viajes.

En este centro de interpretación tiene una especial cabida el espectacular vestido con el que la artista presentó uno de sus grandes discos: «Como las alas al viento», ocupando un gran espacio dentro del mismo. Al lado, un cuadro de la protagonista pintado por Antonio Montiel, amigo de la fallecida, y que hasta su muerte presidió la casa de Montealto. También está expuesto el traje de fin de año de 1969 que usó para la gala.

Rocío Carrasco, Ortega Cano y Rocío Jurado
Rocío Carrasco, Ortega Cano y Rocío JuradoGtres

Llegando al ecuador de este museo, aparece una instantánea de Rocío Jurado y Pedro Carrasco durante el día de su boda, además de varias imágenes con su hija, Rocío Carrasco. Tan solo hay una fotografía en la que aparece Ortega Cano con Rocío Jurado. No están solos, la cantante Celia Cruz, amiga y admiradora de la chipionera, también les acompaña.

Un gran piano de cola corta y un busto con la cara de la Jurado, que también ocuparon parte de la vivienda de Montealto, separan a esta colección de recuerdos de un pequeño auditorio donde, durante el tiempo que permanece abierto el centro, se proyectan algunos videos de las actuaciones que llevaron a esta estrella de la música a lo más alto.

A punto de comenzar el fin de esta aventura artística, llama la atención el coche, el Mercedes Benz 560 SEL, que en su día fue propiedad de Rocío, y en el que tantas horas de carretera ha vivido. El vehículo se encuentra impecable y muy bien mantenido.

Como colofón de este recorrido, no podía faltar un despacho, pero no un despacho cualquiera, sino el de una persona que fue clave en la vida de la cantante: Juan de la Rosa, amigo personal y secretario de la Jurado. Premios y más premios protagonizan la recta final del Centro de Interpretación Rocío Jurado, el cual termina con un mural con una gran imagen de la protagonista en el que se permite que todo aquel que quiera se fotografíe en él.