Familia
Isabel Preysler, la espía secreta del caso Tamara Falcó
La madre de la marquesa de Griñón ha tenido un papel fundamental en la ruptura
En cuanto salieron a la luz los primeros rumores de infidelidad de Iñigo Onieva, Isabel Preysler se convirtió en la espía secreta, embarcándose en una aventura de espionaje sin límites. La calificada como “reina de corazones” quería abrir los ojos de su hija Tamara con respecto a lo que le depararía un incierto futuro si seguía aferrada a su polémica pareja.
Ahora nos enteramos de que Isabel le contó a su “niña” que hay más vídeos que demuestran el carácter infiel de Iñigo. A Tamara le costaba creerlo y no hizo nada… hasta que las evidencias fueron tan claras que priorizó la dignidad al enamoramiento. Y ha salido reforzada psicológica y anímicamente.
Ahora solamente le queda intentar el reflote de su empresa de diseño y moda, que parece estar bajo mínimos, con pérdidas en los dos últimos años.
Aún así, inicia su nueva vida con optimismo y apoyándose en la religión y en su familia, los dos grandes pilares de su vida.
El amor ha quedado en un segundo plano, y una persona cercana a Tami, como le llaman sus íntimos, asegura que “va a tardar mucho en enamorarse de nuevo”.
En el congreso mundial de las familias católicas, celebrado en México, fue recibida este fin de semana casi entre aplausos, por su valentía y su fortaleza al enfrentarse al “demonio de los cuernos” con total entereza. Para el colectivo que le ha rodeado en el certamen mexicano, Onieva es como un diablo sin escrúpulos, entrenado para vivir la vida loca e incapaz de serle fiel a una sola pareja.
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