Ruptura
Tamara Gorro, el año en números rojos de la «influencer»
Un divorcio en firme y todavía muchas empresas en común con su ahora expareja Ezequiel Garay marcan un año complejo
Su balance del año es una mierda. Lo dice, sí, tajante. «Una mierda, no hay una sola cosa buena. Deseo totalmente que acabe y pasar página. Lo deseo». Su sinceridad abrumadora era solo comparable con lo que iba a venir después. Unas horas más tarde, la propia Tamara Gorro anunciaba, a través de sus redes, su separación definitiva de su marido, el ex futbolista Ezequiel Garay.
La noticia cogía por sorpresa a todo el mundo. Más si cabe cuando la pareja había conseguido superar una crisis que les llevó a romper justo hace un año. Fueron meses de intensa terapia en los que la modelo luchó por rehacerse en el plano personal para restañar su relación de pareja. Con su ruptura definitiva, la pareja pone fin a diez años de matrimonio y dos hijos en común, Shaila, de siete años, y Antonio, de cinco. La pareja se dio el «sí, quiero» hasta en dos ocasiones. La primera, en 2012, en una edulcorada ceremonia celebrada en Alcalá de Henares ante 300 invitados. Como en una boda de cuento de hadas, la pareja fue blanco de las críticas al llegar al altar montada en una calesa tirada por caballos. Seis años después de su primer enlace, viajaban hasta Maldivas para volver a casarse. Fue la antítesis de la primera: una boda íntima, descalzos sobre la arena de la playa, con sus dos hijos y las redes sociales como únicos testigos de su «reboda», como la llamaron.
Durante los doce años que ha durado su amor, Tamara y Ezequiel han demostrado formar un tándem consolidado en lo personal y en lo profesional. De hecho, ambos son socios a día de hoy en dos empresas, creadas durante su etapa de casados, en las que siguen compartiendo cargos directivos.
Aunque el divorcio ha marcado un punto y final en su relación personal a ambos les siguen uniendo los negocios. Por un lado, están juntos en Onírico Play SL, secuela de la sociedad que Tamara creó en 2011, Esmara Eventos. Dedicada al negocio de la restauración y radicada en Móstoles, la sociedad se creó, en un primer momento, para gestionar el local «Somos 1», un bar temático de fútbol que la pareja montó en 2015.
Unidos por los negocios
La facturación de la empresa ha caído en picado desde 2019, cuando facturaba unos 250.000 euros anuales. Los brotes verdes han dado paso a las pérdidas, año tras año, hasta 2021 en que los números rojos marcaron cifra récord. La sociedad, de la que Tamara y Garay son administradores solidarios, declaró números rojos en el ejercicio 2021 por valor de 108.478,67 euros. La cifra es llamativa, pero más el volumen de negocio, que en el último ejercicio fue «cero». Se puede decir que la empresa se mantiene en pie gracias a los activos de la misma, en total 171.000 euros, que dan para compensar los registros negativos. Fruto de ello, la empresa ha pasado en los últimos años de tener nueve empleados a tener una sola persona en plantilla.
Al margen de su andadura como empresaria, al lado de su ya ex marido, Tamara es administradora individual de la sociedad Shanmi Media S.L. Enfocada a la creación de páginas web, aplicaciones informáticas, comercio electrónico y distribución de contenido digital, la influencer comparte protagonismo en la dirección con un socio que nada tiene que ver con su ex. Es la empresa otra vez en la que Gorro factura sus colaboraciones en medios de comunicación y sus trabajos como «influencer». Después de unos años de crecimiento, la sociedad que sigue dando beneficios, estancó su progresión en 2020, el último balance del que hay constancia. La empresa facturó 161.672 euros, incrementando las ventas de ejercicios anteriores. Una cantidad insuficiente para hacer frente a los muchos gastos (de personal entre otros casi 99.000 euros), y que lastran la cuenta de resultados de la empresa, que declaró, en su último balance, 15.000 euros de pérdidas.
Constructora de pisos de lujo
Tamara Gorro y Ezequiel Garay son administradores al 50 por ciento de Real State Gargor S.L. desde 2019. En esa fecha lanzaron el proyecto de hacer chalets de lujo en Betera, Valencia. La promoción se llama «Los Altos de los Argentinos» y agrupa a 15 inmuebles de dos plantas y con una tipología de 3 y 4 dormitorios. A julio de 2021, los precios rondaban los 500.000 euros. La sociedad está en buena forma con unos tímidos números rojos, en su balance de cuentas del ejercicio anterior, y con unos activos que rozan los cuatro millones de euros, lo que les permite capear cualquier temporal. Con el exfutbolista sigue vinculada por los negocios y sus hijos. Una ruptura a medias.
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