Son una de las parejas del momento, pero la historia de amor de juventud de Aitana y Plex parecía tambalearse después del último concierto de la cantante en Madrid, el mismo en el que gritó sobre el escenario “Dani (el verdadero nombre del influencer), te quiero”. Pese a la romántica -y pública- declaración, varias fuentes aseguraron que los vieron discutiendo acaloradamente entre bambalinas y que incluso abandonaron el estadio por separado, alimentando unos rumores de crisis que acaban de ser desmentidos.

Tal y como ha desvelado el periodista Javier de Hoyos en el programa “D Corazón” de Televisión Española, Aitana y Plex han sido vistos en el aeropuerto de Dubái, disfrutando del comienzo de lo que parecen unas vacaciones en pareja. Por lo visto, su paso por la ciudad emiratí es solo una escala previa a su arribada a su destino definitivo: algún punto de Asia, o quizás varios.

La pareja aceptó amablemente fotografiarse con los curiosos que dieron con ellos en el aeropuerto de Dubái, en el que parece que tomaron un avión comercial. Nada que ver con uno de sus últimos viajes juntos el pasado julio, cuando volaron a Ibiza a bordo de un jet privado.

Este descanso a todo tren llega tras los meses de duro trabajo que para Aitana ha supuesto su exitosa gira, con la que ha engrosado todavía más sus ya abultadas cuentas. Con cuatro discos en el mercado, infinitas campañas publicitarias y hasta una serie y una película, el patrimonio neto de Aitana se estima en cerca de cinco millones de euros, incluyendo bienes inmuebles e inversiones.

Pese a lo discreta que intenta ser con su vida privada, la cantante ya no se esconde y, aunque parca en palabras, confirma lo dichosa que se siente en su nueva relación con el creador de contenido. Las imágenes que ya han visto la luz hablan por sí solas y muestran a dos jóvenes atractivos que se dejan llevar por las feromonas y dan rienda suelta a su pasión.

Pero pese a este buen momento personal y profesional que atraviesa, en el interior de Aitana se están librando cruentas batallas y desatando tormentas. La artista catalana confesó en su documental que sufría una depresión por la que ha necesitado tratamiento psicológico y psiquiátrico. Todavía hoy lo mantiene, aunque poco a poco va recuperando esa tranquilidad emocional y vital que el dinero no puede comprar. Ya saben lo que dicen: los ricos también lloran, aunque las penas se llevan mejor con un baño en las cristalinas aguas de las islas asiáticas.