Deporte

Alfonso de Orleans Borbón, un aristócrata en el rally Pekín-París

Lo suyo no son los photocalls, sino el asfalto y las carreras. Así es la aventura extrema del duque más aficionado al motor

Bouchut con Alfonso de Borbón con su Peugeot 504
Bouchut con Alfonso de Borbón con su Peugeot 504cedidaLR

Es una de las aventuras sobre ruedas más apasionantes y duras del año. No se trata de una competición pura, pero sí de un reto automovilístico donde los protagonistas se deben enfrentar a todo tipo de dificultades para llegar a la meta. Hablamos de ir de Pekín a París sin parar. Han tomado la salida en la capital de China el pasado 17 de mayo y les quedan por delante casi quince mil kilómetros hasta poder divisar la Torre Eiffel.

Tres españoles se han atrevido a enfrentarse a esta aventura. Uno de ellos es un aficionado a las carreras de coches de toda la vida y conocido en los ambientes del motor. Se trata de Alfonso de Orleans-Borbón y Ferrara-Pignatelli, séptimo duque de Galliera, de la Casa de Orleans-Borbón que, a sus 57 años, cuenta con una larga experiencia en circuitos de toda Europa. Desde joven ha participado en importantes competiciones internacionales como miembro del potente equipo Repsol. Concretamente, y junto a otros nombres importantes del automovilismo nacional de la época, como el madrileño Tomás Saldaña o el guipuzcoano Andrés Vilariño, formó parte del equipo con el que la marca petrolera española compitió en las famosas 24 Horas de Le Mans.

Durante los años 1994 y 1995 fue un habitual del Campeonato de Europa de rana Turismo, a los mandos de uno de los automóviles más competitivos del momento, como fue el Ferrari 348 GTB preparado especialmente para estas competiciones de prestigio por el técnico italiano Michelotto. Un equipo que montó en su día el Club Ferrari España y que contó con los colores de Repsol para completar el presupuesto de un ambicioso proyecto que colocó por primera vez a una escudería española entre las más competitivas del momento. Y con un Ferrari, una de las máquinas míticas en la carrera francesa. Alcanzar la meta fue un hecho histórico para la marca de Maranello, que llevaba más de diez años sin conseguir terminar la dura carrera con sus automóviles.

Terminada su época de piloto, Alfonso creó su propio equipo de carreras en categorías cercanas a la Fórmula Uno. Se llamada GP2 Racing Engineering La base del equipo se encontraba cerca de Rota, en la provincia de Cádiz, donde la familia tiene fincas y explotaciones agrícolas. Su formación consiguió buenos resultados, pero ya es una época pasada para Alfonso, que ahora vive su afición al automovilismo desde otra perspectiva.

En este rally Pekín-París, proyecto para el cual se ha unida para hacer equipo con uno de sus amigos más prestigiosos. Se trata del francés Christophe Bouchut vencedor de las 24 Horas de Le Mans en el año 1993. Ambos compartirán el volante de una máquina especialmente apropiada para este reto. Se trata de un robusto Peugeot 504 Coupé del año 1977. Y es que esta prueba de resistencia está abierta vehículos clásicos y antiguos, hasta el punto de que más de la mitad de los inscritos participan con coches de los años cuarenta o anteriores. Alfonso, que lleva el número 55 en sus puertas, no ha sido el único español en la salida, ya que encontramos asimismo con el número 68 a otros dos compatriotas: Alejandro Cáceres y José Luis Martínez, a los mandos de su Mercedes 250 SE de 1972. Y encontramos a otros participantes ilustres, como el ministro de Turismo de San Marino, Federico Pedini que, junto con su copiloto Fabio Longo, participan con el coche más pequeño nunca visto en esta prueba, como es un Fiat 500 de 1973.

Resistencia física y mental

Tras la ceremonia de salida, junto a la Gran Muralla, les quedan por delante más de catorce mil kilómetros atravesando Asia y Europa hasta llegar a la capital francesa. A lo largo de treinta y siete días, los participantes recorrerán parte de China, Mongolia (atravesando el desierto del Gobi) y Kazajistán, antes de cruzar el mar Caspio en barco hacia Azerbaiyán. Posteriormente, llegarán a Georgia, y desde ahí marcharán hasta Turquía. El camino, ya por carreteras europeas, pasará por Bulgaria, Rumanía, Hungría, Austria y Suiza para entrar en Francia y alcanzar la meta parisina en próximo día 22 de junio. La primera parte de la aventura será la más exigente ya que se desarrollará íntegramente por caminos de tierra, a veces en muy mal estado. Varias noches tendrán que dormir en tiendas de campaña en medio de parajes desérticos y expuestos al frío, el agua y el viento. Todo pensado para poner a prueba la resistencia física y mental de los participantes que deseen llegar hasta el Sena.

Con 350 kilos de repuestos, por si acaso

Es impensable que en los pequeños pueblos asiáticos por los que pasa el rally puedan encontrarse mecánicos de nivel y, aún más complejo, piezas de repuesto para modelos que ni siquiera se fabrican en esos países, sobre todo si se trata de un modelo tan exclusivo como el Peugeot del duque de Galliera. Con esta preparación la marca solo fabricó tres vehículos en los años 70 y dos de ellos pertenecen al museo de la firma del león. Es un coupé de dos puertas de amplias dimensiones especialmente descolado para participar en el rally safari de Kenia, uno de los más exigente. El noble y su compañero no han dudado en llevar 350 kilos de repuestos.