Amelia Bono y Manuel Martos, lo ex bien avenidos que todavía celebran San Valentín

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y Amelia Bono y Manuel Martos lo comprobaron en carne propia cuando, hace justo un año, en febrero de 2024, anunciaron su segunda -y definitiva- ruptura. Se concedieron otra oportunidad, pero el amor que un día los unió no pudo imponerse a sus diferencias. Así, decidieron cerrar un capítulo de quince años de matrimonio, una historia en la que quedaron escritos cuatro hijos.

Quizás sean precisamente ellos, los pequeños, la razón por la que Amelia y Manuel se han convertido en el paradigma de los ex bien avenidos. En su familia, después de todo, la armonía tras la ruptura parece una costumbre: sus padres, José Bono y Ana Rodríguez, han mantenido una excelente relación incluso quince años después de su divorcio.

Siguiendo ese ejemplo, Amelia Bono tiene claro que una separación no borra años de cariño, complicidad y afecto. “Mi relación con Manuel es maravillosa, espectacular. Somos familia y siempre va a ser así, pase lo que pase”, aseguró en una entrevista con LA RAZÓN el pasado octubre.

Ese vínculo trasciende la mera cordialidad. La creadora de contenido ha estado muy pendiente del estado de salud de su antiguo suegro, Raphael, quien fue hospitalizado en diciembre tras ser diagnosticado con un linfoma cerebral. Cada vez que habla con Manuel, Amelia se interesa por su evolución, porque, al fin y al cabo, sigue siendo el abuelo de sus hijos.

Ni siquiera la separación ha sido un obstáculo para que sus pequeños disfruten de ambos padres en momentos especiales. La ex pareja no tiene reparos en reunirse para celebraciones familiares ni en compartir fines de semana y planes conjuntos por el bienestar de los niños.

Por eso, este San Valentín, Amelia Bono y Manuel Martos tienen mucho que festejar: el amor incondicional por sus hijos, el cariño hacia sus familias y el que todavía se profesan, aunque ya no tenga tintes románticos.

Hasta ahora, ninguno de los dos ha hecho pública una nueva relación desde que tomaron caminos separados. Quién sabe si el destino les deparará otro giro inesperado. Dicen que a la tercera va la vencida. Y, puestos a cerrar con una máxima, mejor que sea una optimista.