Su gran amor

El amor oculto de Lina Morgan: “Una monja que dejó de ser sierva de Dios para servirle a ella”

Este jueves la actriz habría cumplido 89 años y como regalo recibe el testimonio de la mujer que dice ser el amor secreto de su vida

Lina Morgan en una imagen de archivo
Lina Morgan en una imagen de archivoGtres

Este jueves 20 de marzo, Lina Morgan habría cumplido 89 años. Sin embargo, perdió la vida el 19 de agosto de 2015 a consecuencia de una neumonía, dejando huérfanos a sus fieles fans que han crecido disfrutando de sus ya míticos personajes. Pero también sumió en la tristeza a aquellos que formaban su particular familia de íntimos amigos, cuyos vínculos eran más fuertes que la propia sangre. También grandes amores, de esos que han estado siempre silenciados y guardados bajo secretos. Hasta ahora. Uno de ellos, según dicen el más grande, que sale ahora a la luz en ‘TardeAR’.

Se trata de una mujer que había dedicado su vida a la fe, siendo monja. Sin embargo, el amor por la reina de la comedia le hizo abandonar los hábitos. Así lo asegura su amiga Ana Valdi, que asegura que tan solo los más íntimos conocían esta historia de amor. Una relación que siempre se mantuvo alejada de miradas indiscretas, pues la actriz quiso mantener los asuntos de su corazón lejos del interés del público. Se debía a él en cuerpo y alma, pero esta parcela de su vida prefería disfrutarla en la intimidad. De hecho, los romances que se le atribuyen han sido siempre a modo de rumor, pues era tan celosa con su privacidad que poco o nada trascendía.

El gran amor de Lina Morgan que reescribe su biografía

Entre los amores que se cree que conquistaron a la actriz y productora teatral está el nombre del actor Manolo Zarzo. Con él dicen que estuvo entre 1949 y 1952. Ahora las fechas no cuadrarían y dejarían este rumor desmentido, pues el testimonio de Ana Valdi ha dado un giro a su historia: “Lina era una mujer muy religiosa. Entonces este gran amor, ella lo llegó a considerar un amor a espaldas de Dios”. Y es que en aquella época supondría un escándalo social el idilio entre una gran artista con una monja.

“Ella lo dejó todo por amor. Se llamaba Mari Carmen y era un ser maravilloso, pasó de ser la sirva de Dios a ser la sierva de Lina. Ella trabajaba como ama de llaves, cocinera, sirvienta (…) Su gran amor fue una monja que abandonó los hábitos y se dedicó por entero a Lina. Era su criada, su persona de confianza, absolutamente todo. Fijaos hasta qué punto llegaría esta mujer de entregarse en cuerpo y alma a Lina, que todo el dinero que le ingresó como sueldo durante 30 años se lo dejó íntegro en caso de que ella faltara primero”. Así fue: “Falleció tres años antes que Lina, supongo que el dinero lo donaría a alguna ONG”.

Y es que la amiga de Lina Morgan, conocedora de todos sus secretos, subraya que “la monja ya estaba enamorada de Lina y cuando vio la oportunidad de poder ingresar en su casa colgó los hábitos y no colgó la ropa interior, mira, de milagro”.