Así es Marina Díaz: la discreta mexicana que ha conquistado el corazón de Roca Rey

Andrés Roca Rey no solo corta orejas dentro de la plaza. También lo hace, con igual maestría, en el terreno sentimental. El torero peruano, convertido en figura indiscutible del toreo contemporáneo, vive desde hace un año una historia de amor tan discreta como estable junto a Marina Díaz, una joven mexicana que poco a poco ha ido ocupando un lugar central en la vida del diestro. La confirmación no ha llegado en forma de comunicado ni posado oficial, sino a través de la mejor crónica social: su presencia reciente -y deslumbrante- en la exclusiva fiesta organizada por Roca Rey para celebrar sus diez años de alternativa.

Marina, alejada del foco mediático por elección propia, es estudiante del ITESO, la universidad privada jesuita de Guadalajara. A pesar de su juventud, ya conoce bien los entresijos del mundo taurino: antes de Roca Rey mantuvo una relación con Toñete, el torero Antonio Catalán, que anunció su retirada de los ruedos en 2020. Un pasado que la vincula a un universo donde la tradición y la pasión se entrelazan, y donde ahora parece encontrar un nuevo capítulo junto al diestro limeño.

Amiga de Victoria Federica

No es ajena tampoco al universo social de la aristocracia española. Marina mantiene una cercana amistad con Victoria Federica, habitual en barreras y fiestas, y cuyo nombre también se asoció en su día al de Roca Rey. Nunca hubo confirmación, solo miradas compartidas y silencios que alimentaron titulares. Marina, sin embargo, ha conseguido lo que pocas: consolidar un vínculo estable con un hombre que siempre ha declarado que "detrás de un torero debe haber una gran mujer".

Con un estilo personal que mezcla naturalidad y elegancia, Marina se ha convertido en un rostro habitual -aunque sin estridencias- en el entorno más íntimo de Andrés. Su irrupción, sin necesidad de aspavientos ni redes sociales, ha devuelto al torero la estabilidad tras su ruptura con Andrea Romero, con quien compartió siete años de relación.

Hoy, la pareja vive alejada del ruido, pero cada vez más unida. La joven mexicana se perfila no solo como el nuevo amor de Roca Rey, sino como el equilibrio que acompaña a un hombre que se juega la vida cada tarde y que, fuera del ruedo, parece haber encontrado su plaza más segura.