Así es la vida actual de Paloma Lago tras denunciar al político Alfonso Villares, por agresión sexual

Este 4 de junio, la vida pública de Paloma Lago ha vuelto a ocupar titulares, aunque esta vez por una razón completamente alejada de los focos televisivos que la hicieron popular. La modelo y presentadora ferrolana, de 58 años, ha interpuesto una denuncia por presunta agresión sexual contra Alfonso Villares, conselleiro do Mar de la Xunta de Galicia, que ha dimitido el mismo día en que se conoció la noticia. La identidad de la denunciante, confirmada por "La Voz de Galicia", se hizo pública minutos después de la rueda de prensa del político, quien defendió su inocencia.

Lago, por su parte, no ha realizado declaraciones. Su entorno asegura que se encuentra tranquila y, fiel a su carácter en los últimos años, ha optado por el silencio. La discreción ha sido una constante en su vida reciente, alejada del ruido mediático al que se acostumbró durante sus años de oro en televisión.

En los 90, Paloma Lago fue uno de los rostros más reconocibles de la pantalla, presentando programas como Risas y Estrellas, Los cinco sentidos o Eurocanción. Su popularidad alcanzó tal nivel que llegó a presentar las Campanadas de Nochevieja en TVE durante tres años consecutivos, junto a Ramón García.

Más allá de su carrera, también fue foco de atención por su vida sentimental. Su matrimonio con Javier García Obregón, hermano de Ana Obregón, y el nacimiento de su hijo Javier en 1996, la convirtieron en personaje habitual de la prensa rosa. La separación llegó en el año 2000, y a partir de ahí se sucedieron relaciones que también generaron titulares, como la que mantuvo con Álvaro Bultó, o con Wojciech Sarjusz Zaleski, quien acabaría siendo condenado por estafa tras una denuncia de la propia Lago.

Tras años en un perfil bajo, volvió a aparecer en los medios en mayo de 2024 por la boda de su hijo Javier con Eugenia Gil Muñoz. Aunque se trató de un evento mediático, Paloma evitó el protagonismo. En declaraciones posteriores, dejó claro que su foco está puesto en su "pequeña familia": su hijo y su nuera.

La pérdida de su padre, Quico, en enero de este año marcó un punto de inflexión emocional para la presentadora. A eso se suma ahora la valentía de poner nombre y apellidos a una situación extremadamente delicada: su denuncia contra un alto cargo político. En diciembre pasado, en una de sus escasas apariciones públicas, Paloma fue preguntada sobre el acoso sexual. Respondió con empatía hacia las víctimas, aunque admitió no sentirse lista para profundizar en el tema. Hoy, esa respuesta adquiere un significado distinto.

En medio del dolor y la controversia, Paloma Lago se aferra al mismo hermetismo que ha definido sus últimos años. Alejada de platós, siendo imagen de algunas firmas, como dan fe sus redes sociales, pero no del todo de la opinión pública, enfrenta uno de los momentos más complejos de su vida con la misma elegancia serena que siempre la caracterizó.