
Indigestión
Brad Pitt y su anécdota menos glamurosa: "Algo diabólico se abalanzó sobre todos"
El actor, que acaba de arrasar en taquilla con "F1", recuerda un episodio en sus inicios que demuestra que incluso las estrellas de Hollywood son tan humanas como nosotros

Pasan los años y Brad Pitt sigue brillando con la misma intensidad que cuando conquistó Hollywood en los noventa. A sus 61 años, el actor se encuentra en plena forma y acaba de estrenar "F1", la superproducción de carreras en la que interpreta a Sonny Hayes, un expiloto que regresa a los circuitos con la misión de rescatar a su antiguo equipo. La película, que en solo dos semanas ha recaudado casi 294 millones de dólares en todo el mundo, confirma que Pitt es uno de esos contados intérpretes capaces de arrastrar a millones de espectadores a las salas solo con su nombre en el cartel.
Pero, más allá de la alfombra roja, los trajes impecables y los flashes, Brad Pitt conserva un rasgo que lo hace aún más atractivo: la cercanía. Esa naturalidad cómplice que comparte con George Clooney en cada aparición pública y que Javier Bardem, compañero en el rodaje de "F1", describía recientemente con admiración: "Se quita de en medio para que tú brilles. Trabaja contigo, para ti, para todos. Y luego, como actor, es libre, juega. Es una delicia".
Hambriento
Sin embargo, detrás de ese aura casi mitológico, se esconde también un Pitt capaz de protagonizar anécdotas tan poco glamurosas como entrañables. Así lo reveló en el podcast "New Heights", presentado por los hermanos Jason y Travis Kelce, pareja actual de Taylor Swift. El actor relató uno de sus primeros rodajes, en el que debía interpretar a un hombre hambriento al que servían un contundente plato de alubias con tocino. Fiel a su empeño por el método, Pitt no dudó en devorar el guiso… no una, sino hasta cuatro veces, en repetidas tomas.
El resultado, como era de esperar, fue catastrófico. "Pensé que había salido impune", confesaba entre risas. "Pero de repente, algo diabólico se abalanzó sobre todos y el equipo salió por patas de la cafetería". Una confesión tan humana como inesperada, que ha corrido como la pólvora en redes sociales, convertida en memes y chascarrillos que el propio actor asegura no entender: "No sé por qué se ha asociado tanto a mí… ¡todos comemos!".
La anécdota, narrada con humor y autocrítica, no hace sino reforzar lo que ya intuíamos: que Pitt no solo es una estrella capaz de reinar en la taquilla y en los photocalls, sino también alguien que sabe reírse de sí mismo. Y quizás ahí resida la verdadera clave de su magnetismo eterno.
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