Carlota Corredera habla de su superación y cuenta lo que nunca va a hacer con su exmarido

“Carlos y yo ya no somos pareja pero siempre seremos familia. Nuestra prioridad es el bienestar de nuestra hija, menor de edad, por lo que pedimos el máximo respeto y privacidad para ella en estos momentos tan delicados”. Con estas palabras confirmaba Carlota Corredera hace unas semanas su divorcio de Carlos de la Maza tras once años de matrimonio, un triste desenlace para una bonita historia de amor que hasta ahora parecía perfecta.

Desde entonces, la presentadora se ha mantenido en silencio, apartada de la opinión pública y apoyándose en sus seres queridos para digerir esta nueva realidad a la que tiene que hacer frente.

Qué mejor forma de reaparecer que en la fiesta por la celebración de la publicación de "La venganza de la llorona", las memorias de su excompañera y amiga Lydia Lozano. Corredera se reencontró en Gabana Music Club de Madrid con viejos colegas de profesión, y haciendo gala de la generosidad que siempre la ha caracterizado, no tuvo reparo alguno en sincerarse sobre esta nueva y complicada etapa que atraviesa.

"He estado mejor. Estoy viviendo un momento complicado personal y emocionalmente muy difícil", confesó la presentadora, asegurando que su único objetivo en este momento es "tener una buena relación con Carlos, que como dije en el comunicado, ya no somos pareja, pero siempre seremos familia".

La principal preocupación de ambos es el bienestar de su hija y que esta "nueva situación familiar" a la que todos se están acostumbrando le afecte lo menos posible: "La familia continúa unida, que es lo que nosotros le decimos a ella, pero sus padres ya no son pareja, y entonces bueno... Pues ahí estamos, aprendiendo a vivir de esta nueva manera".

Sin entrar en muchos detalles, Corredera parece descartar una hipotética reconciliación con su expareja, hasta el punto de que, tal y como ella misma confirma, los dos han comenzado a rehacer su vida. "Cuando digo rehacer su vida es, ya no vivimos juntos, pues estamos dando los pasos lógicos en una circunstancia así", aclara, pareciendo indicar que no viven juntos y que han empezado a plantearse qué hacer con la que hasta ahora era su casa familiar.

Corredera da un ejemplo de separación bien llevada, especialmente si hay menores de por medio, e insiste en que su relación con Carlos es "muy buena", aunque si no fuera así, nadie lo notaría: "Independientemente de lo que pasa entre los mayores, yo jamás, jamás, vamos, jamás faltaría al respeto ni hablaría nunca mal en público del padre de mi hija".

Ahora, Corredera se muestra dispuesta a abrazar esa nueva vida que se le pone por delante, "con fortaleza" y "arropada" por los suyos.