
En concierto
Chris Martin y Shakira: un reencuentro bajo las luces de Miami
El vocalista de Coldplay deja la viralidad a un lado para rendir homenaje a su amiga y confidente en una noche llena de gestos personales, complicidad y música compartida

En plena euforia de su gira mundial, Chris Martin volvió a demostrar que la conexión humana puede ser más poderosa que cualquier espectáculo. En el Hard Rock Stadium de Miami, el vocalista de Coldplay hizo una pausa en su célebre y mediática "kiss cam" para compartir un momento privado con Shakira y sus dos hijos, Milan y Sasha, que fueron invitados al backstage del concierto.
Lejos del protagonismo habitual, Shakira optó por un perfil bajo, cediendo esta vez el foco a sus pequeños, verdaderos fans del grupo británico. Los tres se unieron a Chris Martin en el tradicional ritual del "team back" antes del show, una especie de conjuro colectivo en el que los artistas juntan sus manos como símbolo de unión y energía antes de subir al escenario. Un gesto sencillo pero cargado de intimidad, que revela la cercanía entre los artistas.
"Hips don't lie"
Pero el momento verdaderamente mágico llegaría después. Mientras las primeras notas de "Yellow" flotaban en el estadio, Martin se detuvo y, ante miles de asistentes, pronunció con una sonrisa cómplice: "Hips don’t lie". Un guiño inconfundible a su amiga, a esa canción icónica que inmortalizó a Shakira ante el mundo. La cantante no tardó en reaccionar en Instagram: "¡Nunca pensé escuchar eso! Gracias por el guiño a una de mis canciones favoritas".
Más allá del gesto, el intercambio encapsula una amistad sincera y duradera. Shakira ha contado públicamente cómo Martin fue uno de sus grandes apoyos tras su separación de Gerard Piqué. "Él estuvo ahí para mí cuando me separé y tuve el corazón roto", reveló en una entrevista con Rolling Stone. "Me hablaba todos los días, enviándome fortaleza y sabiduría".
Ambos artistas se conocieron en 2014 como jurados de The Voice y desde entonces han mantenido una amistad discreta pero sólida. Lo vivido en Miami no solo fue una noche de música; fue un recordatorio de que, entre focos, conciertos y titulares, aún hay espacio para la ternura, el apoyo genuino y la complicidad silenciosa. Esta vez, Martin eligió el alma antes que el show. Y el mundo, quizá sin darse cuenta, también fue testigo de ello.
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