Análisis
Las consuegras y (no) amigas: Preysler y Molas
Aún no hay constancia gráfica pública del encuentro entre estas dos mujeres totalmente opuestas
Empecemos por la edad. Isabel, la elegante madre de la novia, acaba de cumplir 73, aunque sea tan coqueta que se haya quitado uno y diga que tiene 72. Carolina Molas, la estupenda madre del novio tiene 54 años recién cumplidos. Recordemos que su futura nuera tiene 41, así que es lógico que se encuentre más cerca de ella en opiniones y estilo de vida que con una persona que le saca casi veinte años. Y es que por mucho que Isabel Preysler valga por dos de veinte, la edad no perdona (a nadie).
Puede que Molas esté más cerca de los Casio que del Rolex, y no por poder adquisitivo, sino por estilo. Pero no es aquí lo que se está juzgando. La exquisitez de Preysler es insuperable. Recordemos aquí que Molas no vive de su imagen: es una empresaria consolidada. Una es la reina del papel couché; la otra, huye de los paparazzi. Carolina es CEO de la empresa familiar creada hace seis décadas en Vizcaya, la compañía de electrodomésticos Cemevisa. Además, esta fabulosa empresaria ha sido reconocida en 2021 con el Premio CEO del Año en Distribución de Electrodomésticos de Consumo. A Isabel le van más los azulejos y es imagen de Porcelanosa desde hace más de 30 años. Una es fiel a las mechas, otra no ha cambiado el color de su melena asiática nunca.
Sin encuentro gráfico
Una lleva tres matrimonios: con un cantante, con un marqués y con un ministro, y un noviazgo con un Premio Nobel que ya se ha truncado. Otra lleva dos, con el padre de sus hijos, que lleva años residiendo en México, y una nueva ilusión que podría llevar al enlace del año. Mientras, la reina de corazones, presumiblemente, acudirá sola a la boda de Tamara Falcó.
Una tiene cinco hijos de tres padres diferentes. Y la otra tiene tres de su primer marido: Íñigo; la actriz Alejandra Onieva, que estuvo saliendo durante cuatro años con el actor rumano pero de nacionalidad estadounidense Sebastian Stan, el cual ha participado en la superproducción «made in» Hollywood del Capitán América; y el desconocido Jaime. La progenitora de Íñigo es un pilar fundamental en la vida del novio. Carolina Molas siempre ha hecho gala de una gran discreción, incluso en los peores momentos posruptura, que llegaron a sobrepasarla. Siempre ha afirmado que Íñigo «es un niño muy bueno, cariñoso, sin maldad, muy trabajador…» y será la orgullosa madrina del brazo de su hijo. «Mami», como dice «Tami», es también un pilar en su vida, y aunque no veía con buenos ojos la reconciliación postraición, ha tenido que tragar con ello porque la felicidad de su hija es lo principal para ella.
Los novios desmienten (una y otra vez a los medios) que haya ningún mal rollo entre ellas y que las dos estarán guapísimas en el gran día, pero seguro que ninguna hará sombra a la marquesa de Griñón. Eso sí, no hay constancia gráfica de que todavía se conozcan entre ellas, y el tiempo corre, así que queremos ver cuanto antes la esperada reunión de consuegras.
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