La crónica de Marta Robles: Una moción de traca, lascivia y maldad y Patxi López en Ramsés

Lunes

Mientras Madrid sigue celebrando el Día del Padre (¿alguien entiende que trasladen la fiesta al lunes porque ha caído en domingo?), la ONU nos vuelve a avisar de la «bomba climática» que se nos avecina. No creo que haya noticia más importante y de mayor alcance: o hacemos algo o nos cargamos el mundo. Estas temperaturas que tanto nos gustan nos abocan a una tragedia que parece que no queremos aceptar, aunque el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, nos lo advierta. O aceleramos una década los planes climáticos para ser neutrales en dióxido de carbono o el calentamiento global, que ya anda a 1.1ºC por encima de la época preindustrial, o lo que nos espera, antes de lo que imaginamos, son sequías brutales, lluvias insoportables, un calor asesino y la extinción, sin remedio, de muchas especies, con lo que eso supone, además, para el equilibrio del planeta. O reaccionamos rápido y alcanzamos las cero emisiones netas de CO2 o se nos avecina una catástrofe. Yo no lo veré, pero el mundo se encamina a 2.8ºC más a final de siglo. Y parece que eso está lejos, pero está a la vuelta de la esquina.

Martes

Llegó el día de la moción de censura. No se sabe por qué Tamames, con un discurso manido, que no aporta más que lo que ya se sabe -más algún disparate de los de VOX-, se ha decidido a contribuir a esta cosa. Da la sensación de que tamaña estupidez sólo favorece al mocionado -es decir, a Sánchez- y a su izquierda socia que, tras la pantomima, vuelve a agitar los miedos a una coalición PP/VOX para tratar de frenar la subida de los populares. Francamente, no entiendo nada. El ruido de VOX ni siquiera le ha venido bien a VOX. ¿Será que Tamames lo que pretendía en realidad era favorecer a sus antiguos correligionarios? ¿Descabellado? Pues no sé. Verle en el Congreso representando a VOX también lo parecía… Aunque la megalomanía de algunos los predispone a casi cualquier imbecilidad (hasta a poner a la venta su discurso en Amazon), así que, ¡qué sabe nadie!, que cantaba Raphael.

Miércoles

Pues sí, hoy se vota la moción, pero como ya sabemos el resultado, ni me detengo en esta historia. Me voy a otra que me tiene sin dormir: ese brutal crimen con inmenso sufrimiento del niño de Lardero y la declaración del asesino diciéndole al jurado que, en la agresión sexual previa, el niño había actuado voluntariamente porque «hacía lo que yo le decía». La prisión permanente revisable (menos mal que existe) no evitará el duelo patológico de la madre del niño muerto; tampoco, la muerte en vida de su padre y los desórdenes conductuales que sufrirá su hermano a lo largo de su vida. Supongo que hay que contentarse con eso, siempre que no vuelva a pisar la calle. Porque este ser que también dijo que «no era él», como si no se hubiera enterado de lo que hacía, lo sabía muy bien. Los expertos han determinado que en este caso no hay enfermedades mentales, ni consumo de alcohol o estupefacientes… Solo lascivia y maldad.

Jueves

Lo del caso Tito Berni no puede ser más sórdido y repugnante. Todo. Los chanchullos, la extorsión, el guarreo, las fotos con prostitutas y hasta el lenguaje. De momento sólo ha ingresado en prisión el general Espinosa Navas, imputado entre otras maravillas por delitos de cohecho y grupo criminal, pero continúan las investigaciones, registros y detenciones y se sigue llamando a testigos, como Adelaida P., a la que al parecer Espinosa se refería en sus conversaciones con Marco Antonio Navarro Tacoronte (el mediador) como «chocho volador». Todo es repulsivo en este caso que, de bomba final -o intermedia, que pueden llegar más- cuenta con la declaración del mediador respecto a que la famosa noche de la cena en pandemia, de los 15 diputados del PSOE, también se encontraba en Ramsés, aunque en otra mesa, ¡Patxi López! Vamos, que quien supuestamente ordenó una investigación interna del Grupo Parlamentario Socialista para saber qué diputados habían formado parte en la cena, los había visto con sus propios ojos…

Viernes

Ayuso rompe con VOX. Aclara que no son sus socios porque ella tiene 65 escaños y que solo han tenido acuerdos parlamentarios, pero que rompe con ellos porque «su deriva no me va a arrastrar». La presidenta madrileña no está de acuerdo con muchas de sus ideas y postulados, así que ha cortado por lo sano. Ella con VOX en Madrid, no los populares en general. Supongo que se lo puede permitir porque espera tener mayoría absoluta. De no tenerla…¿qué pasaría? ¿A que hago cantar otra vez a Raphael lo de «que sabe nadie»?