Inesperado
Desvelamos el sueño frustrado de Jesulín de Ubrique
Hoy el de Ubrique vive alejado de las plazas y volcado en sus empresas
Antes de derivar sus pasos hacia el mundo taurino, Jesulín de Ubrique se caracterizaba por ser un buen portero de fútbol. Pero las necesidades económicas para ayudar al descalabro empresarial de su padre le hicieron cambiar el balón por la muleta y la espada.
Eso sí, Jesús no olvida aquel sueño, hoy frustrado, de convertirse en un guardameta de renombre. Su ídolo era el icónico Andrés Arconada, al que admiraba profundamente y del que no se perdía ni uno solo de los partidos que disputaba con la Real Sociedad.
Hoy, Jesulín lleva una vida desahogada, retirado de las plazas de toros y centrado en sus negocios, sobre todo los relacionados con el mundo de los combustibles y las gasolineras.
Pero en su mente queda la pena de la profesión frustrada, esta misma semana declaraba que "mi primer recuerdo de fútbol son unas botas que me regalaron mis padres con mucho esfuerzo... Esa ilusión de venir a jugar al campo es una parte de mi vida que no cambio por nada. Si yo no hubiese sido torero habría sido un gran portero, y de eso sí que estoy muy convencido. Mi estilo en el césped lo compararía con el de Thibaut Courtois. Eso me dicen cuando juego con los amigos o en partidos benéficos".
Jesús Janeiro Bazán no logró ser portero como Courtois o como Arconada, pero consiguió convertirse en el primero del escalafón del mundo del toreo en 1994, 1995 y 1996