Suceso
El día que intentaron secuestrar a Arancha Sánchez Vicario por 500 millones de pesetas
Se trata de un complicado episodio que ocurrió en 2001 pero que no había visto la luz hasta ahora
Tras varios años alejada del foco mediático, la opinión pública ha vuelto a poner el ojo en Arancha Sánchez Vicario por el comienzo de su juicio por un supuesto delito de insolvencia punible, al que también se enfrenta su todavía marido Josep Santacana.
Sin embargo, las últimas informaciones publicadas están referidas a varios años atrás, cuando la tenista sufrió un intento de secuestro, tal y como ha publicado el diario “La Vanguardia”.
Los hechos se remontan a finales de noviembre o principios de diciembre de 2021, cuando su padre, Emilio Sánchez, recibió una llamada de lo más amenazante: o entregaba 500 millones de pesetas -unos 3 millones de euros al cambio- o su hija Arancha sería secuestrada.
“Oiga Emilio, o nos das 500 millones de pesetas o a tu hija no la volverás a ver porque la vamos a secuestrar. Pon mucho cuidado a las instrucciones que te daremos para pagar y nada de avisar a la Policía o tu hija lo pagará muy caro”, decía el criminal al otro lado del teléfono, según ha recogido el periódico citado anteriormente.
Sin embargo, el padre de la deportista no recibió ningún tipo de instrucciones y parecía que todo había quedado en un susto. Por desgracia, cuando la familia había recuperado la normalidad, llegó un paquete procedente de Colombia en el que se incluían fotografías de Arancha Sánchez Vicario que demostraban que había sido sometida a un seguimiento exhaustivo por parte de los secuestradores en potencia. Además, el correo incluía el siguiente mensaje: “Aquí nos divertimos todos y más adelante ya hablaremos de lo que nos va a costar”.
Emilio Sánchez decidió cargar solo con la carga de vivir en alerta constante por la seguridad de su hija y no se lo contó a sus seres queridos. Aun así, sí que acudió a la Delegación del Gobierno en Barcelona en busca de ayuda, y los hechos se investigaron como un intento de extorsión que no llegaron a más. Por fortuna, los mensajes amenazantes cesaron y nunca más se volvió a temer por la integridad de la tenista.
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