Opinión
El diario de Amilibia: Apuestas, ¿se celebrará o no la boda?
Se considera que las nupcias de Tamara Falcó e Íñigo Onieva están gafadas
Y que conste que no me refiero a las bodas asimétricas de Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal, sino a la madre de todas las bodas, la de Tamara Falcó con Íñigo Onieva. Cuenta Marta Boira que el novio es muy guapo: las que lo han visto correr por el parque de El Retiro casi desfallecen al contemplarlo con el torso desnudo. Le llaman «El Hermoso», como a Felipe I de Castilla, quien casó con Juana de Castilla, que pasaría a la historia como Juana la Loca. Dicen que enloqueció por los celos provocados por las infidelidades de su esposo, hacia el que sentía un amor tan apasionado como poco correspondido.
Nunca los preliminares de una boda magna fueron tan moviditos. Se considera que está gafada: las infidelidades del Hermoso, los problemas con el vestido de la novia, su supuesto sobrepeso, su entrada en la Buchinger para entrar en el traje, las joyas robadas, la aparición de otra amante del Hermoso, policía nacional, que además declara que se lo montaron en el baño de un club, como si ambos fueran seguidores de los modos y costumbres de Pablo Iglesias, etc.
Se hacen apuestas. Por ejemplo: 1) ¿Se celebrará o no la boda el 8 de julio? 2) ¿Se irán de luna de miel a Punta Cana o a Lourdes? 3) ¿Nacerá su primer hijo en diciembre a modo de regalo de Navidad? 4) ¿Cuántas amantes del Hermoso saldrán antes, durante y después de la ceremonia? 5) ¿La policía se convertirá en tertuliana de Ana Rosa o de Sonsoles? 6) ¿Se divorciarán antes de un año? 7) ¿«Hola» ha pagado más o menos de un millón por la exclusiva?
Por cierto, cuentan las lenguas viperinas que la casa de apuestas pertenece a la marquesa de Griñón y a Íñigo el Hermoso.
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