Opinión
El diario de Amilibia: Vamos de las tetas a las pelotas
"La exhibición cojonera de Rubiales lo sitúa como el nuevo hombre de Atapuerca, a la espera de lo que diga el paleontólogo Arsuaga"
Vamos de las tetas de Amaral a las pelotas que Rubiales se agarró en un gesto de poderío (contradiós en un contexto de exaltación del mujerío) para celebrar el triunfo de las campeonas del mundo, pasando por el beso en la boca que el susodicho le propinó a la futbolista Jenni Hermoso en claro fuera de juego. Deberíamos investigar porque evolucionamos (?) a base de hitos erótico-festivos, de la teta con la que Susana Estrada le tentó al rijoso Tierno Galván a la portada de Marisol desnuda en Interviú, del felpudo de la Cantudo en «La trastienda» a las téticas ingrávidas de Victoria Vera en «¿Por qué corres, Ulises?», sin olvidar los testículos que se le escaparon a Butragueño y el toque de pichula erótico-jocoso de Michel a Valderrama. Ahí está: la Transición considerada más canónica repleta de tetas y huevos.
La exhibición cojonera de Rubiales lo sitúa como el nuevo hombre de Atapuerca, a la espera de lo que diga el paleontólogo Arsuaga. Así las cosas, leo que «el PP busca estrategas de nivel: Feijóo quiere fichar a varios asesores para mejorar su estrategia política». Lenguas viperinas insinúan que hasta ahora el clan gallego lo ha decidido todo a base de queimadas y consultas a las meigas, sin grandes resultados. ¿Dónde está el Mbappé de los estrategas políticos? Dicen que Bolaños sonríe en la Moncloa mientras susurra al Gran Capitán: «No saben, Amado Líder, que tú eres a la vez Sun Tzu, Napoleón, Julio César y Alejandro Magno, el nuevo Apolo, el hito erótico-festivo que prevalece inmarchitable. Pero nada de agarrarte el paquete antes de tiempo, porfa, jefe».
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