Opinión

El diario de Amilibia: La Yoli, la nueva Reina de Corazones

"Es la suma de ternurismo y muchos memes de corazones, todo un metaverso de buenismo woke pasado por el wonderful más edulcorado y el Día de los Enamorados"

La vicepresidenta segunda y líder de SUMAR, Yolanda Díaz, a su llegada al seminario de la APIE de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el Palacio de la Magdalena, a 22 de junio de 2023, en Santander.
La vicepresidenta segunda y líder de SUMAR, Yolanda Díaz, a su llegada al seminario de la APIE de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el Palacio de la Magdalena, a 22 de junio de 2023, en Santander.Juanma SerranoEuropa Press

Adiós, Isabel Preysler; adiós Tamara Falcó; adiós, incluso, Belén Esteban, princesa del pueblo. La nueva Reina de Corazones es Yolanda Díaz, aunque aún le falte la portada de «Hola» y el espaldarazo de Jaime Peñafiel. Y que conste que no me refiero a la Reina de Corazones de «Alicia en el país de las maravillas» que soluciona todos los problemas de su reino con un contundente «¡que le corten la cabeza!», aunque bien es verdad que Irene Montero estaría encantada con esa referencia. Así se manifiesta la Yoli en su campaña: «Con alegría miramos el futuro para sentirnos juntos y sonreírnos, porque esta es una nueva política hecha con el corazón, desde el corazón y para el corazón».

La vicepresidenta Yolanda Díaz y la portavoz de feminismos de Sumar, Elisabeth Duval, este sábado en la manifestación del Orgullo en Madrid
La vicepresidenta Yolanda Díaz y la portavoz de feminismos de Sumar, Elisabeth Duval, este sábado en la manifestación del Orgullo en MadridSumar

Dios, le grito al televisor, sólo le falta saludar a la audiencia como Anne Igartiburu: «¡Hola, corazones!». La Yoli, que está entre «Lo que necesitas es amor» y «Amar es para siempre», reescribe así una nueva formulación de lo que realmente es el populismo. Nada de ofrecer soluciones simples a problemas complejos, no. Es la suma de ternurismo y muchos memes de corazones, todo un metaverso de buenismo woke pasado por el wonderful más edulcorado y el Día de los Enamorados. Puro merengue la Yoli, un delicioso exceso para los viejos diabéticos, como un servidor. Llegados a este momento San Valentín, creo que debería cambiar el «Motomami» de Rosalía (su predilecta) por «What a wonderful world», de Louis Armstrong.

Sabe que la emotividad llena las urnas. Mientras, Irene Montero, la Despechá, clama: «Es tiempo de orgullo y de mucha furia trans para parar los pies a los reaccionarios». No sé si Feijóo está entrenado para esta batalla. Quizá diga como un Sun Tzu gallego: «Lo mejor es ganar sin combatir». Meme de concordia