Boda
Eugenia Martínez de Irujo, de su "me la bufa" a ser amiga de Tamara Falcó
La aristócrata sí acudió finalmente al enlace de la marquesa con Íñigo Onieva
Lo dijo bien claro hace un par de meses. Ni era amiga de Tamara Falcó, ni pintaba nada en su boda con Íñigo Onieva, y soltó una frase tan rotunda como despectiva, “me la bufa”, refiriéndose a todo lo concerniente a un enlace nupcial que ha derramado ríos de tinta este fin de semana.
Eugenia Martínez de Irujo ha pasado de no ser amiga de la marquesa a presentarse el pasado sábado en la boda de la que renegaba, y sus palabras se han quedado en el baúl de los recuerdos desagradables.
Nos cuentan que la hija de la fallecida duquesa de Alba se fundió en un abrazo con la recién casada, y ninguna hizo referencia a lo expresado por la primera, que, sabemos, le sentó muy mal a la segunda en su momento.
Aquí se podría aplicar ese dicho de “por la boca muere el pez”. Eugenia metió la pata y ha tenido que rectificar claramente. Gracias a Dios, nunca mejor dicho, la marquesa de Griñón perdonó la actitud de la duquesa de Montoro, haciendo gala de su profunda fe cristiana y de la falta de rencor. La paz entre las dos familias marcó un día tan especial para Tamy.
Pero, bueno, lo importante es que las aguas volvieron a su cauce y los “bufidos” brillaron por su ausencia. Eugenia asistió a la boda con su marido y rompió las normas de vestimenta luciendo un atuendo de corte medieval, un diseño de Teresa Helbig en color crema, con formas abullonadas en cintura y mangas. Y el dibujo en relieve de un pájaro en el centro del vestido.
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