La fiesta sigue en Venecia: las Kardashian cierran en pijama las celebraciones por la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez

Jeff Bezos y Lauren Sánchez han celebrado su boda de ensueño en la mítica Venecia, extendiendo las festividades desde el jueves hasta este domingo. La ceremonia principal tuvo lugar el viernes 27 de junio en la isla de San Giorgio Maggiore, en un entorno de lujo y romanticismo.

La novia lució un vestido de encaje de Dolce & Gabbana, inspirado en Sophia Loren, mientras que Bezos escogió un esmoquin clásico. La boda ha reunido a una constelación de celebridades del cine, la música, el deporte y la alta sociedad. Entre los asistentes, se encontraban Oprah Winfrey, Gayle King, Leonardo DiCaprio, Tom Brady, Orlando Bloom, Usher, Kim, Khloé, Kendall y Kylie Jenner, Kris Jenner, Ivanka Trump con Jared Kushner, la Reina Rania de Jordania, Bill Gates, Sydney Sweeney, Karlie Kloss, Mick Jagger y otros.

No faltaron pequeños focos de polémica: unos 700 manifestantes protestaron contra el desembolso y el impacto del evento en la ciudad, aunque las autoridades defendieron que generaría millones en beneficios económicos y turísticos.

La fiesta de pijamas de las Kardashian

La celebraciones interminables llegaron a su fin este sábado por la noche con una original fiesta de pijamas, en la que los famosos hicieron un despliegue de estilo y excentricidad para darlo todo en la última fiesta.

Como no podía ser de otra forma, destacaron los estilismos de las Kardashian, que se tomaron al pie de la letra el dress code de la fiesta, aunque reinventando el pijama para hacerlo más atrevido, sexy y elegante.

Kim Kardashian fue una de las más llamativas, que aprovechó los preciosos escenarios que brindan las calles venecianas para hacerse una sesión de fotos y guardar para la posteridad la noche en la que se fue de fiesta en pijama por la ciudad de los canales.

Este domingo por la mañana, los que menos resaca sufrían han ido abandonando el hotel. Entre los famosos que se han ido primero se encuentran Ivanka Trump y Bill Gates, que, por lo visto, no asistieron ayer a la fiesta de pijamas.

En definitiva, una boda fastuosa y opulenta que ha indignado a buena parte de la opinión pública veneciana, harta del exhibicionismo de millonarios en una ciudad que se hunde -literal y metafóricamente-. Este tipo de eventos atrae a todavía más ricos que buscan cumplir su particular sueño veneciano, fomentando un turismo masificado y de lujo que no hace más que subir los precios y hacer imposible la vida de los vecinos de uno de los lugares más bonitos del mundo.