
Moda
Giorgio Armani, 50 años de elegancia sin concesiones
El diseñador italiano celebra medio siglo al frente de un imperio que ha revolucionado la moda con su estilo sobrio, su independencia creativa y una visión que ha trascendido generaciones

Este 24 de julio, la moda rinde homenaje a uno de sus grandes arquitectos: Giorgio Armani. Han pasado 50 años desde que, junto a Sergio Galeotti, fundara la casa que lleva su nombre. Medio siglo de una elegancia sin alardes, de siluetas puras y tejidos que acarician más que imponen. Medio siglo de coherencia estética y resistencia silenciosa en un universo, el del lujo, donde lo más habitual es venderse al mejor postor.
Armani no. Él ha preferido ir a su ritmo, crecer sin traicionar su identidad. En un sector dominado por grandes conglomerados, sigue siendo el único accionista de su firma. Desde sus comienzos como escaparatista en La Rinascente hasta convertirse en el creador que liberó a la sastrería de forros y hombreras, el recorrido de Armani es el de un revolucionario sin estridencias. Un diseñador que cambió la moda desde el interior, haciendo de la discreción su bandera.
Símbolo en los 80
Su ascenso fue meteórico pero nunca caótico. Su primera colección vio la luz en 1975; un año después ya vendía en Barneys Nueva York. La década de los ochenta lo consagró como símbolo del nuevo poder estético: sus trajes envolvían a Richard Gere en "American Gigolo" y conquistaban tanto a ejecutivos como a estrellas de cine. Armani supo leer el lenguaje del cuerpo y darle libertad. Porque entendió antes que nadie que el estilo no necesita gritar para hacerse notar.

De ahí en adelante, construyó un universo. Desde fragancias que ya son clásicos hasta líneas más accesibles como Emporio Armani, pasando por la alta costura de Privé o incluso sus propios hoteles en Dubái y Milán. Todo bajo el mismo sello: rigor, belleza y funcionalidad. Su visión no solo vistió a generaciones, también creó una forma de estar en el mundo.
Reconocido con la Legión de Honor francesa, la Orden del Mérito italiana y homenajes internacionales, Armani ha dejado huella también como mentor: su Teatro Armani ha sido pasarela para jóvenes talentos. Y su legado está asegurado gracias a la fundación que creó en 2016, una estructura que blinda el futuro de su maison sin perder el control.

A los 90 años, Giorgio Armani no necesita reinventarse. Su mensaje sigue intacto: el verdadero lujo está en la serenidad del trazo, en el gesto medido, en la elegancia que nunca pasa de moda. Medio siglo después, el diseñador que conquistó Hollywood y Milán sigue siendo -sin buscarlo- un icono.
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