Hablamos con la abogada de Mariló Montero: "Gustavo González y Diego Arrabal no tienen razón. No vamos contra la libertad de prensa"

La batalla legal que Mariló Montero emprendió contra Gustavo González y Diego Arrabal por la publicación de sus sonadas fotografías en Bora Bora inicia un nuevo capítulo. Tras ser condenados por la vía civil en 2022 a indemnizar a la periodista con 265.000 euros, los paparazzi también acaban de ser juzgados como autores de un delito de revelación de secretos, por lo penal en esta ocasión, lo que les supone un castigo de diez meses de prisión y de inhabilitación profesional.

Aunque muchos consideran esta sentencia como el final del largo proceso, lo cierto es que tan solo es el principio de una nueva fase que se prevé igual de larga si Arrabal y González agotan todos sus cartuchos, tal y como ellos mismos han confirmado. Los fotoperiodistas aseguran que recurrirán este fallo a todas las instancias superiores, desde el Supremo hasta el Constitucional, llegando incluso a la Justicia europea si fuera necesario.

Algunos medios también han publicado en las últimas horas que Mariló Montero, la gran vencedora del litigio, recurrirá con el objetivo de lograr una pena mayor para Arrabal y González, pero se trata de una posibilidad que, de momento, su equipo legal no tiene sobre la mesa.

Así lo ha confirmado a LA RAZÓN la abogada Carolina González, del bufete Lus + Aequitas. "No lo hemos planteado todavía. El procurador entregará entre hoy o mañana de forma oficial la sentencia, y a partir de ahí son diez días hábiles para recurrirla. Ya veremos, pero hemos estado hablando estos días con Mariló y no es algo que hayamos barajado", expone la letrada.

La sensación general es de "satisfacción" ante una sentencia "sin antecedente igual en lo penal", que puede marcar un antes y un después en futuros procesos similares. "Estamos contentos, claro. Nos hubiera gustado una condena mayor, evidentemente, pero estamos igualmente contentos", indica Carolina González.

Sobre el debate entre libertad de prensa y derecho a la intimidad, una de las principales líneas de defensa de Arrabal y Gustavo González, la letrada comenta: "Ellos pueden decir lo que quieran, pero no tienen razón. Esta sentencia no va en contra de la libertad de prensa. Si se hubiera impedido que se publicaran unas fotografías o una información lícita sería otro asunto, pero si la imagen es ilícita, lógicamente prevalece el derecho a la intimidad y a la propia imagen frente al de libertad de prensa".

La letrada confirma que se trata de una discusión que se presentó en sala, pero la tacha de "baladí" porque "sí podría haber debate si las fotos se hubieran hecho saliendo de su casa, con un pie en la calle y otro en su propiedad, por ejemplo. Pero si haces unas fotos a una persona desnuda dentro de su habitación de hotel, no hay debate posible. Son fotos ilícitas".

El silencio de Gustavo González

Aunque Diego Arrabal sí se ha pronunciado abiertamente sobre esta sentencia, que considera "injusta" y que le ha llevado a perder su confianza en la Justicia española, su socio y compañero prefiere mantenerse en silencio, tal y como él mismo desliza a este periódico. Quiere jugar sus cartas alejado de la opinión pública, en silencio, mientras disfruta de pasar todo el tiempo que le sea posible con su mujer María y la hija que tienen en común, Mía.