Entrevista
Hablamos con Lara Álvarez: "Busco un amor sin montañas rusas"
"En la tele cuando algo no funciona el fallo es de quién lo presenta. Si funciona, el éxito es de la cadena", dice sobre su trabajo en la pequeña pantalla
Dejó Mediaset en 2024. Hoy, Lara Álvarez (Gijón, 1986) reconoce que este año «me ha cundido como siete» y relata apasionadamente su constructiva experiencia: «Me he formado mucho, sigo con la docencia e imparto un curso de autoconocimiento y comunicación. Además, tengo mis campañas de publicidad para diversificar». Tras 30 años en televisión, la polifacética y cariñosa asturiana quiere mostrar «una parte nueva» y anhela un programa en directo, tras volver fugazmente a TVE con el concurso «La conexión». Después unos días de aventura en Panamá junto a su adorado hermano Bosco, buscará el norte. Ya saben, Asturias en todas las ocasiones.
Durante mucho tiempo su carrera estuvo ligada al deporte, luego llegó la actualidad y tras ella muchos concursos, desde «Supervivientes» a «La conexión», que presentó en TVE hasta hace unas semanas.
¿Qué formatos busca ahora?
Para mí el éxito es la libertad de elegir. Estoy abierta a ofertas y sé lo que quiero. Si TVE llega con ese proyecto perfecto, pero no estoy cerrada a ninguna cadena.
¿Qué sabor le ha dejado la televisión pública?
Ha sido una experiencia curiosa, porque estoy acostumbrada al directo. Así que ahora quiero hacer un programa en directo, porque hay una parte nueva de mí que quiero compartir con el espectador. Igual «La Conexión» no ha tenido los datos deseados pero es mi primer paso a una nueva etapa. Ahora tengo la aceptación plena de mostrar quién soy, desde la autenticidad y sin roles. Tengo 39 años y llevo treinta en televisión. Quiero que me vean como soy, y luego que les guste o no.
¿Dejar Mediaset fue una buena decisión?
Fue una apuesta y me fui sin tener otro trabajo. Quería aportar por mi intuición y ellos tenían otra idea. Fue un cierre sano.
La cadena de Fuencarral sigue con audiencias alejadas de las que conoció. ¿Cuál es su análisis?
La máxima audiencia de un prime time ahora son dos millones y nosotros con Isabel Pantoja conseguimos seis. El consumo ha bajado mucho, se obliga a las cadenas a darle una vuelta al tipo de contenido que se genera, a entender cuál es el interés del público. Lo que juega en contra de la televisión es la impaciencia, antes se aguantaba más. Además, si se acierta es la cadena y si se fracasa es el presentador.
Si nos invita a su casa, ¿en qué se nota que es asturiana?
En los vasos de sidra congelados, fotos con mi familia en la playa y un cuadro de la playa de San Lorenzo. No tengo madreñas pero el acentín no se me quita (risas).
Sus relaciones personales son portada de revista. ¿Cómo lleva ese peaje?
Esto denota que todos están deseando verme con pareja. Estoy disfrutando de manera más libre el amor, porque creo que parte de acabar con mis relaciones ha sido el empezar a escondidas, el saltarte pasos, el hacerlo raro complica las relaciones. En el amor, ya no me escondo.
¿Se ha vuelto más exigente?
Me siento muy a gusto solas porque es una soledad elegida y las decisiones que he tomado han sido con mucha madurez. Porque no me hacían feliz. Estoy deseando encontrar un amor tranquilo, ya no quiero montañas rusas, si no espacios de intimidad y no dar cosas por hecho. Con una persona que esté orgulloso de lo que ha construido. Que no tenga traumas. En las listas eternas que se sacan de mis relaciones pienso que hay hombres extraordinarios. Pero cuando hay una intención de que una relación funcione también se debe saber cuándo parar. O entrar en un círculo tóxico donde pueden entrar emociones muy dañinas. Siempre he preferido terminar que deteriorar. Las relaciones fallidas me han enseñado muchas cosas y cada vez elijo más el tipo de amor que quiero. Estoy trabajando desde hace dos años en atraer el tipo de perfil de la mujer que soy. Me estoy convirtiendo en la pareja que quiero tener: fiel, honesta y trabajadora.
Cuando llega el verano no se pierde las fiestas de prao, la sidra, Asturias...
Sí (risas), pero primero he estado diez días de aventura en Panamá con mi hermano. Se fue a Australia y es mi compañero de viaje favorito. Y luego, a Asturias, claro.
Sus perros Noa y Lua son sus otros compañeros de viaje. ¿Qué tipo de dueña es?
Duermen conmigo, suben a los sofás, mi vida gira en torno a ellos. No soy madre, así que si soy así con ellos con un hijo, moriré. (risas).