Entrevista

Inés Domecq, triunfar sin tirar de apellido

Hablamos con la diseñadora con motivo de un homenaje a Antonio Machado en el Palacio de Dueñas

Inés Domecq
Inés DomecqCortesía

La moda desde pequeña me ha llamado la atención», aseguraba Inés Domecq a este periódico poco después de haber presentado la nueva colección de su firma, la ya conocida IQ Collection, en el patio del Palacio de Dueñas, en Sevilla. Pretendía así explicar así por qué decidió hace ya unos años liarse la manta a la cabeza y lanzarse, junto con su socia, Virginia Pozo, al mundo de la moda y los negocios, sin ser muy consciente de que un tiempo después se convertiría en una de las firmas más demandas de nuestro país.

Pertenece a dos de las familias más conocidas de nuestro país, como son los Domecq y los Alba (ostenta el título de marquesa de Almenara al estar casada con Javier Martínez de Irujo, nieto de la querida Cayetana de Alba), muchos podrían pensar que la aristócrata podría llevar una vida más agradabley ociosa sin necesidad de meterse en el complicado mundo de los negocios, pero a ella le va la marcha. De hecho, este no es el único proyecto que encabeza: «No tengo dos días iguales», comentaba. «Me divido entre IQ Collection, con Virginia, e IQ Producciones, donde hacemos producciones de moda, reportajes, campañas para marcas».

De esta manera, y quizás sin que ella lo sepa, Inés se vincula con otras grandes de la moda, como es el caso de Kitmir, la firma de la duquesa Maria Pavlovna, que bordaba para Chanel, o el de Irene Galitzine, la princesa rusa que lideró entre los años 40 y 60 una de las firmas más destacadas de Italia y que se hizo famosa gracias a sus pijamas palazzo. Pero, ¿cómo acabó en este mundo cuando se inició en el campo de las Relaciones Públicas? «Primero empecé con dos colecciones cápsula que diseñé de la mano de Virginia y Coosy», recuerda Domecq. «Tras la buena acogida que tuvimos, decidimos volver a unirnos en una nueva aventura y así nació IQ Collection». Tan sencillo, parece, como eso.

Universo asimétrico

Eso sí, en el caso de Inés, lo suyo no son los pijamas palazzo de Galitzine si no, más bien, los escotes asimétricos y cuadrados, que destacan en los diseños que presentó hace unos días con Dueñas como marco incomparable (y aquí sí que se puede decir eso de «incomparable» con todas las letras y mayúsculas si hace falta): «Es un sitio muy especial que está lleno de historia y tradición», explicaba a LA RAZÓN. «Encarna la esencia de la colección que presentamos, que es un homenaje a la obra de Antonio Machado, por eso decidimos hacerlo en la casa donde nació el poeta, el palacio de las Dueñas, en Sevilla, y por eso la música con la que arrancó el desfile lleva la letra de ‘La saeta’. Es una de las marchas más emblemáticas de las que tocan al Cristo de los Gitanos en la ‘madrugá’ del Jueves Santo y que tengo la suerte de disfrutar casi todos los años».

Prometedora

Sobre ese patio andaluz, que para el poeta eran los recuerdos de su infancia, Domecq y Pozo mostraron unas creaciones que resultaban rompedoras y modernas, pero sin renunciar al estilo clásico y elegante que siempre tiene todo lo que hacen, y que ha conseguido triunfar en un amplio sector de nuestro país. Son muchas las mujeres que ven sus diseños como una manera de emular no solo el estilo de Inés –considerada una de las personas más elegantes de España- sino también el de sus clientas más top, como puede ser Sofía Palazuelo. De hecho, esta última no se perdió el desfile que se realizaba en su propia casa. Por allí también se pasaron otros rostros conocidos que demostraron el poder de convocatoria que siguen teniendo los Alba: Carlos Herrera y su mujer, Pepa Gea; Teresa Baca y su marido, Álvaro Torres Calderón; Alejandra Osborne; Lourdes Montes y su marido, Fran Rivera; Sofía Mazagatos; Simoneta Gómez-Acebo, entre otros, le dieron la cantidad y calidad perfecta de celebridades que necesita Dueñas para rememorar aquellos tiempos en los que doña Cayetana era la estrella de Sevilla.

Inés Domecq
Inés DomecqCortesía

Viendo cómo afronta el negocio junto con su socia, está claro que la marquesa de Almenara no da un paso sin pensarlo: «En IQ, Virginia y yo nos centramos en los procesos creativos, eligiendo tejidos, probando patrones… estamos muy centradas en diseñar piezas que favorezcan a todas las mujeres y que sean cómodas y versátiles», nos explicaba consciente de que lidera una de las marcas más prometedoras de nuestro país.

Para ello, además, no dudan en colaborar con otras firmas, como ha sido el caso de Roberto Coin, en las joyas, o la firma Heden, para los bolsos y cinturones. Así crea el «look» que luego muchas famosas patrias quieren copiar: la propia Inés ejerce siempre de embajadora de su propia marca, aunque tampoco duda en recurrir a otro defensor de la costura Roberto Diaz, su diseñador de cabecera y que también ha conquistado a Isabel Preysler, Eva González o Margarita Vargas. Con presencia, clase e inteligencia, para qué necesita otra modelo si ella lo vende todo.