La infatigable lucha de Carme Elías contra la enfermedad que borra el recuerdo

Cuando el pasado lunes le comunicaban a Carme Elías que había sido galardonada con la Medalla de Oro de la Academia de Cine de este año, la actriz de setenta y dos años, que no aparenta, se sintió una mujer muy afortunada. Y muy querida en una de las etapas más duras de su vida.

Retirada de la profesión desde que le diagnosticaron alzheimer, quizá se estén perdiendo de su memoria algunos de los grandes éxitos de una carrera artística tan prolífica como merecedora de grandes premios, entre ellos el Goya por su labor en la película «Camino», en 2008; el de Cinematografía de la Generalitat de Cataluña, el de la Unión de Actores y el Sant Jordi.

Pero la enfermedad no supone un gran trauma para una actriz extraordinaria. Es difícil convivir con ella pero no imposible. Hace un año, cuando recogía el premio especial del Brain Film Fest, un certamen de cine sobre temas relacionados con el cerebro, desveló el mal que le aqueja y que empezaba a crear lagunas en su memoria. Tres años antes le habían comunicado el diagnóstico.

Lejos de amilanarse expresó su intención de luchar con todas sus fuerzas contra lo que ella considera «un duro revés». Y anima a otras mujeres que padecen su misma enfermedad a que sigan su ejemplo.

« Es el túnel del terror –reconoce–, pero intento estar activa y creativa». De hecho, se dedica a describir su día a día conviviendo con el alzheimer, en cuadernos que guarda con celo en su mesita de noche. Y en colaboración con su amiga Claudia Pino lleva a cabo el rodaje de un documental en el que ésta última hace un seguimiento del proceso que vive Carme desde que supo que sufría la enfermedad. Su entereza, su fortaleza, son dignas de elogio. Y todo se plasma en esta producción entrañable y llena de sensibilidad.

Fue en 2018, mientras rodaba «¿Quién te cantará?», dirigida por Carlos Vermut, cuando comenzó a tener problemas de memoria. Pero no le dio mayor importancia. Curiosamente, ironías de la vida, el filme cuenta la historia de una cantante que sufre amnesia.

Como el problema persistía, recorrió las consultas de distintos especialistas que, al principio, no encontraban un diagnóstico acertado, hasta que en 2019 surgió la palabra alzheimer. Fue un batacazo tremendo para una mujer para la que es imprescindible tener una buena memoria en su profesión. Pero ya había notado problemas a la hora de memorizar los guiones, y no le quedó más remedio que ir adaptándose a la realidad. Costaba hacerse a la idea de tener que convivir con una situación tan dramática, entender que la enfermedad avanzaba inexorablemente. No resultó fácil encarar el día a día con esa «espada de Damocles» que la minaba por dentro.

Ocultó sus carencias

En los inicios del mal no quiso hacerlo público, pensaba que podría ser contraproducente para su profesión descubrir sus carencias cerebrales, pero desde la Fundación Pasqual Maragall, en la que se ayuda a personas con esta misma dolencia, le animaron a que contara su caso, y dio el paso. Ella asegura que «confesar que padezco la enfermedad ha sido como un efecto balsámico en mi vida». Hoy reconoce que «la reacción de familiares y amigos, su apoyo y sus ánimos, me están ayudando muchísimo. Me siento muy querida y arropada, ese es mi valor más preciado».

La medalla de oro que recibirá este año es el justo reconocimiento a una trayectoria fructífera y en la que ha interpretado todo tipo de papeles. Actriz camaleónica, la hemos visto en roles que demostraban que sabía acoplarse perfectamente a cualquier perfil. Pero, puesta a elegir, se decanta «por las malas», porque dice que disfruta mucho más interpretando a esa clase de personajes.

El alzheimer es una enfermedad cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar, y que en España afecta a casi un millón de personas. Carme Elías desvela que desde hace unos meses «hago vida normal, salgo a comprar por el barrio, llevo una existencia de ama de casa. Pero lo que más me apetece es quedarme en mi casa, que es donde soy más feliz. Y recluirme. Leo, cocino, escribo y veo películas. A veces me viene el bajón, cuando quiero llorar no lloro, pero de repente me vienen muchas lágrimas inesperadas».

Desde que sufre alzheimer, a su lado siempre encuentra a su hermano Joan, del que, agradecida, afirma que «doy gracias a Dios todos los días por tenerle. Si no estuviera conmigo me sentiría perdida», declara.A la actriz no le queda más remedio que asumir los riesgos y el avance de la enfermedad: «Estoy preparada para lo que venga, pero al mismo tiempo no lo estoy. Las emociones siguen muy vivas y la conciencia también. Aunque a veces me repita. Es fundamental mantener el sentido del humor, si no, te mueres».

Uno se imagina el recibimiento que tendrá Carme el día que le entreguen la Medalla de Oro, el reencuentro con esos compañeros que tanto le animan en las redes sociales o en llamadas telefónicas interminables... Será una jornada inolvidable, aunque con el tiempo el alzheimer no le permita guardar en su baúl de recuerdos todo lo que acontezca esa noche mágica. Un galardón que culmina una carrera jalonada de grandes éxitos en el cine, el teatro y la televisión.

Este galardón hace justicia a una actriz con un currículum inmejorable. La Junta Directiva de la Academia de Cine reconoce a la actriz como «una de las más sensibles intérpretes, que ha cubierto una extensa trayectoria desde los años setenta hasta la actualidad, trabajando en destacados filmes y con directores de distintas generaciones». Entre esos cineastas encontramos a Pedro Almodóvar, Fernando Fernán-Gómez, Isabel Coixet, Jaime de Armiñán, Jaime Chavarri, Antonio Mercero y Javier Fesser. Con este último rodó «Camino», película con la que le otorgaron el Goya a Mejor Actriz en 2008. Durante su trayectoria en la pantalla grande la vimos en cintas como «La flor de mi secreto», «El rey pasmado», «Stico», «Los peores años de nuestra vida» y «Victoria». Y como actriz de doblaje ha puesto voz a grandes del cine como Demi Moore, Daryl Hannah, Sigourney Weaver y Nastassja Kinski.