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El inusual lugar en el que vive Miguel Ángel Silvestre

En una entrevista, el actor de cine ha indicado que "se las arregla con servicios muy limitados" y que este es su mejor hábitat

El actor Miguel Ángel Silvestre
El actor Miguel Ángel SilvestreDaniel GonzalezGTRES

Los actores de cine siempre se han destacado por sus peculiaridades al momento de alejarse de la atención pública. Lo que no podíamos anticipar era que Miguel Ángel Silvestre eligiera vivir en medio de un bosque, distante del bullicio que generalmente lo rodea en sus múltiples producciones cinematográficas.

"Yo vivo en la naturaleza y la naturaleza tiene una fuerza y una verdad mucho mayor que las luces del sistema. Ni siquiera hablo sólo de la fama, sino de las luces tentadoras que te ofrece la ciudad, del día a día y de las personalidades polite (educadas), de lo que se supone que se ha de decir para no molestar. La naturaleza es mucho más brusca, un jabalí es mucho más brusco que todo eso", indica el actor.

Ante semejante declaración, Miguel Ángel Silvestre se vio obligado a especificar su lugar de residencia: "Vivo en un bosque, en medio de un bosque", comentó. Además, añadió que se las arregla con servicios "muy limitados" en su rutina diaria. "Hago autoabastecimiento de muchas cosas y me encuentro muchos animalitos, más o menos grandes, pero convivimos en armonía", asegura.

Según explica, su elección no tiene un trasfondo "místico": "Es simplemente quien soy. Soy un hortelano valenciano, siempre lo fui y siempre lo seré, así que ese es mi mejor hábitat, donde mejor me desenvuelvo, mucho mejor que en la ciudad y la sociedad de las luces", afirma.

En realidad, Miguel Ángel Silvestre no es el único rostro conocido en nuestro país que ha optado por vivir en un bosque. En 2021, la periodista Beatriz Montañez reapareció tras cinco años alejada de la luz pública para presentar su libro "Niadela". Lo que más llamó la atención de su regreso fue que ella misma admitió que había dejado todo atrás, cansada de la presión y las críticas, para vivir en paz en una cabaña en plena naturaleza, en la que apenas gastaba 150 euros al mes.