Isabel Pantoja tiene en su sobrina Anabel a la espía en casa de su hija

Ni va a ver a su hija ni la llama. Isabel Pantoja se mantiene alejada de su hija Isa y su orgullo le impide dar su brazo a torcer e ignora una reconciliación que la antaño Chabelita tanto desea.

Pero una madre es una madre, y la cantante ha encontrado en su sobrina Anabel a la intermediaria perfecta para que le ponga al tanto de todo lo relacionado con la enfermedad, la operación y la posterior evolución de Isa en un momento tan delicado para la colaboradora televisiva.

La embarazada Anabel actúa a modo de “espía” con su prima y transmite a su tía todos los movimientos de su prima. Dicen que la Pantoja está muy mal aconsejada por su hermano Agustín, que este es el muro que impide una cita reconciliatoria entre las dos “Isabeles”. Nunca se llevó bien con su sobrina y el rencor sigue vivo.

Hace un par de días, el peluquero de la tonadillera, estando ausente Agustín, le preguntó a su “jefa” si quería que llamara a Isa y le pasara el teléfono. Pero ella se negó a seguir el consejo del estilista y la intención se quedó en agua de borrajas.

Se sabe que Anabel se siente entre la espada y la pared, con su cariño dividido y su pena muy viva. A ella le gustaría ver a su familia muy unida, volver a la armonía de hace años y recobrar los lazos familiares. Pero, a día de hoy, sería una empresa harto difícil.

El cisma es absoluto, cada uno va por su lado, Isabel no se habla con sus dos hijos, ni tampoco existe sintonía entre ellos.

De los únicos que se fía la cantante es de su hermanísimo y su sobrina. El resto, por lo que se ve, le sobran.