
Personajes
Isabel Preysler cuenta la única vez en la que sopesó ir a terapia: "Mis amigas vieron que no estaba muy bien"
Además, también desvela cuál fue el único crédito bancario que ha solicitado en toda su vida. "Lo demás lo pago a tocateja, por supuesto"

Isabel Preysler representa una paradoja en sí misma. Es uno de los personajes más mediáticos del panorama social, pero lo cierto es que no acostumbra a prodigarse en demasiadas citas públicas. Sus intervenciones son medidas y a cuentagotas, y quizás por eso despierta tanto interés. En los últimos meses sí ha aceptado alguna que otra entrevista por la publicación de sus memorias, “Mi verdadera historia”, pero ninguna en directo en televisión. Hasta ahora.
La madre de Tamara Falcó ha recibido a Susanna Griso, presentadora de “Espejo público”, en su casa de Puerta de Hierro, y allí se ha sincerado sobre muchos episodios que narra en su libro, ofreciendo más detalles sobre los momentos que más han fascinado a la opinión pública.
A lo largo de la entrevista también ha respondido a las preguntas que los colaboradores de “Espejo público” le han hecho llegar. Entre ellas, la de Alonso Caparrós, que ha querido saber si Isabel Preysler, alguna vez, ha ido a terapia. “¿Qué tipo de terapia?”, ha contestado ella, asegurando que jamás ha recurrido a un psicólogo, coach u otro tipo de profesional de este tipo.
Una de las pocas ocasiones en las que lo sopesó fue durante la enfermedad y posterior fallecimiento de su marido, Miguel Boyer. Un momento muy delicado para ella que hizo mella en su estado anímico, hasta el punto de que su entorno le recomendó buscar ayuda profesional. “Cuando estuvo enfermo me dijeron que debía ir a terapia, pero no fui y pasé por ello, no bien, pero bueno, pasé por ello…”, comienza recordando la socialité sobre aquel difícil bache.

“Me lo recomendaron porque mis amigas vieron que no estaba muy bien, pero no soy una mujer que haya ido nunca a terapia, entonces no tengo esa facilidad para ir y abrirme con un desconocido”, agrega Preysler.
Su primer y único crédito bancario
Además, ha desvelado cuál fue la única ocasión en la que se vio obligada a solicitar un crédito bancario. Fue para comprar la lujosa casa en la que vive ahora, conocida popularmente como “Villa Meona” por la ingente cantidad de cuartos de baño que tiene. “Todo se demoró mucho y tuve que pedirlo, pero fue la única vez. Lo pago todo a tocateja, por supuesto. No me gusta pedir préstamos”, ha explicado Preysler.

La mansión tiene un valor estimado de entre 8 y 10 millones de euros, según distintas fuentes del mundo inmobiliario. Con más de 2.000 m² construidos sobre una parcela de unos 5.000 m², su tamaño, ubicación privilegiada, arquitectura lujosa y amplios jardines con piscina la sitúan entre las residencias privadas más exclusivas de Madrid.
Además del coste de compra, mantener una propiedad de tal magnitud no es banal: los gastos fijos mensuales se estiman en varios miles de euros, lo que refuerza la idea de que Villa Meona es más patrimonio que casa.
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