Javier Bardem se sincera sobre la etapa más oscura de su matrimonio con Penélope Cruz

En plena gira promocional de "F1: La Película", Javier Bardem ha sorprendido al mundo con una íntima y reveladora entrevista concedida a "The New York Times", publicada este domingo 15 de junio. Lejos de limitarse a hablar de su colaboración con Brad Pitt, el actor español abrió su corazón sobre su faceta más personal: su matrimonio con Penélope Cruz y el difícil episodio que atravesaron tras el nacimiento de sus hijos, Leo y Luna.

Bardem confesó que Penélope sufrió una profunda depresión posparto, una etapa que cambió por completo su manera de ver la paternidad y el matrimonio. "Ella no sabía si estaba bien compartirlo conmigo, si era normal sentirse así cuando se supone que debía estar feliz", relató el actor. Sus palabras no solo reflejan empatía, sino también una reflexión profunda sobre el desconocimiento y el tabú que rodea a esta experiencia común entre muchas madres.

La valentía de Penélope

Han pasado 14 años desde aquel momento, y aunque Penélope está "mejor", Bardem admite que en su día no fue capaz de entender del todo lo que su esposa vivía. "Desafortunadamente, no supe ver la magnitud de aquello… pero más tarde lo entendí", confesó. Para él, su esposa es una mujer “valiente, fuerte y hermosa” por haber sido capaz de hablar de ello.

Aquel dolor no debilitó su relación, sino que la fortaleció. Juntos desde 2007 y casados desde 2010 en una ceremonia privada en las Bahamas, Bardem y Cruz han construido una vida familiar lejos de los flashes, priorizando la estabilidad de sus hijos por encima de la fama. En su refugio en Valdelagua, Madrid, disfrutan de una vida discreta, con vistas a la Sierra y espacios pensados para el bienestar familiar.

Con su testimonio, Javier no solo rinde homenaje a la resiliencia de Penélope, sino que también alza la voz en favor de una paternidad consciente, empática y presente. "No recuerdo cómo era mi vida antes de tener hijos", concluye. En una industria donde las apariencias pesan, Bardem demuestra que la vulnerabilidad es también una forma de amor.