
Declaraciones
Javier, hermano de Ana Obregón, se sincera sobre la venta de la casa familiar por 35 millones de euros
En las últimas semanas se ha comentado que la vivienda no se encuentra en las mejores condiciones y que por eso no sale un comprador

Ya ha pasado casi un año desde que se dio a conocer que Ana Obregón y su familia han puesto a la venta El Manantial, la lujosa mansión de Mallorca en la que han pasado los veranos desde que la mandaron construir en 1969. Ha sido escenario de algunos de sus mejores momentos, pero tras la muerte de Álex Lequio y los padres de la actriz, ella y sus hermanos han perdido la ilusión por volver cada estío a la vivienda que tan feliz les hizo.
El precio de salida de la casa, ubicada en la Costa de los Pinos -una zona tranquila y exclusiva conocida por su belleza natural y ambiente sereno-, ascendía a 35 millones de euros, una cifra elevada incluso teniendo en cuenta las muchas prestaciones con las que cuenta la casa.
Se trata de una villa de 1000 metros cuadrados construidos en una sola planta, distribuida en siete suites, salón comedor, cocina y terraza. Además, incluye lujos como un solárium, una pista de pádel, un pozo de agua potable o un embarcadero privado con acceso directo a la playa de El Rajolí.

Más allá del elevado precio de salida, que el clan se resiste a bajar porque no existe una necesidad económica imperiosa, algunas voces aseguran que entre las razones por las que la casa no encuentra comprador se encuentra el estado de las instalaciones.
Aunque la vivienda está bien conservada, no hay que olvidar que se trata de una construcción de más de cincuenta años que requiere algunas reformas y mejoras, sobre todo en lo que a sus entrañas se refiere.
Informaciones que Ana Obregón tachó de “falsas” y ante las que se mostró muy molesta: “Es que la gente es tan inculta que confunde antigüedad con viejo decrépito”. Ahora, ha sido su hermano Javier el que se ha sincerado sobre la no venta de El Manantial, aclarando que se trata de una operación que lleva su tiempo.

“Todo va perfecto, todo va con los calendarios establecidos”, ha señalado el que fuera cuñado de Alessandro Lequio. Aunque prefiere no entrar en muchos más detalles, se suma a las palabras de su hermana y asegura que “es absurdo todo lo que se está diciendo”.
La postura de la familia es clara y viene por el profundo valor sentimental que para ellos tiene la vivienda. Por eso, la operación se está realizando de manera discreta y sin prisas. Supone el final de una etapa y para ellos es especialmente doloroso tener que hacer frente a los comentarios y bulos que puedan circular.
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