Javier Rey: del barro gallego a las alfombras rojas

Durante años fue uno de esos rostros familiares en pantalla cuya fama parecía estar a punto de despegar… sin terminar de hacerlo. Pero Javier Rey (Noia, A Coruña, 1980) es el ejemplo de que la perseverancia, incluso en un mundo tan inestable como el de la interpretación, puede acabar encontrando su recompensa. Gracias a papeles como el de Sito Miñanco en "Fariña", el narcotraficante más conocido de Galicia, Rey dio el gran salto y se consolidó como uno de los actores más cotizados del cine español.

Pero antes del éxito, hubo mucha niebla. Creció en Noia, un pueblo pesquero gallego que, durante su adolescencia, fue sacudido por el narcotráfico. Tenía 12 años cuando estalló la Operación Nécora. "Jugaba en un campo donde había jeringuillas por las gradas", recordaba en una entrevista. Aunque su entorno era vulnerable, sus padres lograron mantenerlo a salvo de aquel tsunami. "Tuve suerte", ha dicho. Aun así, aquellas vivencias dejaron huella y regresaron en forma de ficción con "Fariña".

Ciclista de vocación

Rey no soñaba con ser actor. Quiso ser ciclista profesional, pero no dio la talla física. Estudió Análisis Clínicos, pensó en ser enfermero, y casi por accidente se apuntó a un curso de interpretación que le cambió la vida. Se mudó a Madrid sin apenas dinero y trabajó de teleoperador mientras estudiaba arte dramático. "Solo vendí dos kilos de pulpo", bromeaba.

El trabajo fue llegando poco a poco. Tras casi una década de papeles secundarios, "Velvet" y "Fariña" le pusieron en el mapa. Luego vinieron "El verano que vivimos", "El silencio de la ciudad blanca" y "La mujer dormida", entre otras.

En lo personal, Rey es discreto. Tiene un hijo, Gonzalo, fruto de su relación de más de 15 años con la actriz canaria Iris Díaz. Se conocieron al llegar a Madrid y mantuvieron siempre un perfil bajo. En 2018 nació su hijo, pero poco después la relación terminó de forma silenciosa.

Hoy comparte su vida con Blanca Suárez. Se conocieron en un set y, aunque la química no fue inmediata ("me pareciste un imbécil", le soltó ella en una entrevista), terminaron enamorados. Salieron a la luz como pareja en 2020, poco después del confinamiento, y desde entonces han llevado su relación con la misma naturalidad y discreción que él aplica a su carrera. Si algo define a Javier Rey, es eso: talento sin aspavientos, éxito sin ruido.