Entrevista
Jorge Blass recibe el Oscar al mejor mago del mundo: “David Copperfield me llamó para comprar un truco mío”
La máxima distinción que puede recibir un mago en el mundo, el Oscar otorgado por la Academia de las Artes Mágicas de Hollywood
Es la máxima distinción que puede recibir un mago en el mundo, el Oscar otorgado por la Academia de las Artes Mágicas de Hollywood, y Jorge Blass es el primer español en conseguirlo. Se lo entregaron hace apenas unos días y confiesa que “es un gran privilegio recibirlo, y más siendo un galardón a la magia en escena, porque en España se nos conoce más por la magia de cerca. Me siento muy feliz y agradecido”.
El mismo David Copperfield, una gran referencia en este campo, ha alabado su trabajo.
Es un orgullo poder decir que me llamo para comprarme un truco mío que vio en YouTube. Me cite con él en Las Vegas y fue un encuentro muy positivo. Ese hombre es un genio de la magia, todo un ejemplo de imaginación y trabajo. Imagínate lo que significa explicarle al número uno como hacer un truco mío.
Pero su referente es otro.
Mi dios mago es Juan Tamariz, mi maestro, el espejo en el que me miro. Es extraordinario. Tuve la suerte de crecer a su lado. Es igual que alguien que estudia arte tuviera como maestro a Salvador Dalí.
Su nuevo espectáculo se llama “Flipar”.
Tiene un formato mayor a los anteriores, es más interactivo y cuenta con más de cincuenta números de magia realizados a un ritmo vertiginoso. En el nos adelantamos a la tecnología para demostrar que no existe lo imposible.
Es un hombre muy solidario…
Con la Fundación Abracadabra llevamos espectáculos de magia a hospitales y a los colectivos más desfavorecidos. Es una labor muy gratificante.
¿Un mago nace o se hace?
Se hace. Sin duda. Es un trabajo de dedicación, de horas, muy autodidacta y totalmente vocacional. Pasa igual con cualquier disciplina artística que tienes que dedicarle muchas horas, mucho tiempo y sin mirar el reloj. Esto es una pasión. Hay cosas que no salen y tienes que seguir intentándolo y pasan meses, años, y al final... el más perseverante es el que se lleva el gato al agua.
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