Fuera de nuestro país

Julio Iglesias, la vida sigue igual: otro verano sin España, pero pendiente de los incendios de Galicia

Mientras su mujer disfruta en Marbella, él rompe la distancia con su interés por los incendios en Galicia

Julio Iglesias
Julio IglesiasAgencia EFE

De Julio Iglesias se sabe lo que él quiere que se sepa. Lo último que se conoce ha sido la compra de un chalé en el municipio de Piñor (Orense) al exalcalde Manuel Cabezas. Una vivienda de 1.600 metros cuadrados en un terreno de 16.000, según la información que publicó el diario «La región». Miranda Rijnsburger supervisa desde la lejanía las obras de acondicionamiento de lo que es, sin lugar a dudas, un homenaje al doctor Iglesias Puga. En el verano de 1991 ya quiso comprar un pazo, como publicó la revista «Tiempo». Recorrió entonces con su padre las zonas de las Rías Baixas en busca de la ubicación perfecta. Hay que recordar que parte de los veraneos de infancia y adolescencia los pasaba con su familia en Playa América, en Nigrán (Pontevedra).

La compra de un lugar para disfrutar de la vida nunca se hizo efectiva. Meses después de esa visita, ETA secuestró al doctor y tras la liberación ya no hubo casa en Galicia. Esa nostalgia actual se refleja en la explicación que dio para esa vuelta a Galicia: «Busco que ellos (los hijos) aprendan a querer el espíritu de esta tierra. Vengo aquí buscando la raíz. Mi principio y mi final». Que cada uno interprete estas palabras que fueron dichas durante un verano ya lejano de 1981.

Vida discreta

Este agosto ha vivido muy pendiente, desde su retiro en República Dominicana y Bahamas, de la evolución de los incendios que asolan la provincia de Orense, pero no ha viajado a Las Cuatro Lunas, su finca de Ojén que sí disfrutan los hijos a lo largo del año y ahora Miranda. Todos ellos hacen una vida discreta alejados del mundo influencer.

Una de las pocas veces que se ha visto este verano a una parte de la familia fue el 18 de julio, cuando las gemelas Victoria y Cristina acudieron con su madre a una gala solidaria donde estaba presente la fundación que creó Nicola Iglesias. El sobrino nieto del cantante falleció a los 20 años de un tumor que no pudo ser tratado. El joven era hijo de Jorge Iglesias, que mantiene una relación muy directa con sus primos mayores (Chábeli, Julio José y Enrique). Tiene una empresa de promoción artística y se ha encargado de las giras de sus primos, así como la de otras estrellas como la de Luis Miguel. La tragedia sacudió a toda la familia y este homenaje en el primer aniversario ha servido para recordar a Nicola. Los hijos y nietos de Carlos Iglesias no han querido mostrarse públicamente. Eligieron la discreción como norma de vida.

Miranda Rijnsburger, en una imagen de archivo
Miranda Rijnsburger, en una imagen de archivoGtres

Una línea vital que también ha seguido desde hace unos años Julio Iglesias. Mantiene relación con Carlos Herrera, Ramón Arcusa o el doctor Valentín Fuster. Los dos primeros se encargan de dar información directa cuando surgen informaciones delicadas o especulaciones acerca de su salud.

Julio Iglesias tiene su propio altavoz a través de su cuenta de Instagram, que abrió hace unos años. No era muy activo hasta que llegó la pandemia. Fue entonces cuando comenzó a escribir historias más personales relacionadas con su vida musical que hasta ese momento eran desconocidas.

En una de estas explicaciones contaba cómo lloró su padre cuando le cantó por primera vez «Un cantó a Galicia». Y la nostalgia que sintió al volver a escuchar «Por ella», una canción escrita en colaboración con el Dúo Dinámico en 1980, donde aparecía en el vídeo su perro Hey. Ese tema formaba parte del álbum que llevaba por título el nombre de la mascota y fue el más vendido en toda la historia de su trayectoria profesional. «Lo especial del vídeo es que descubro a mi queridísimo perro Hey, compañero insuperable durante muchos años de mi vida. Y cuando lo he visto me he emocionado mucho», se lee en algunas de sus publicaciones. El último mensaje fue el 19 de julio para recordar su primera aparición potente en el Festival de Benidorm 1968 con «La vida sigue igual», una canción compuesta por él mismo. Han pasado 57 años de ese triunfo que supuso el primer escalón de una carrera que le convirtió en el cantante español con mayor éxito comercial del mundo.

Su última gran gira fue en 2018 con motivo de sus cincuenta años de carrera musical. Después llegó la pandemia y desapareció del escenario público. No así de seguir con su vida profesional. En todas sus casas (Punta Cana, Miami, Bahamas) tiene un estudio de grabación.

Vida muy activa

Ha remasterizado todos sus éxitos, reescribe sus memorias que ya publicó en 1981 la revista «Protagonistas», del Grupo Zeta, supervisa el documental sobre su vida y navega en su nuevo juguete por las islas que rodean Bahamas, República Dominicana y la costa de Miami.

Esta embarcación bautizada con el nombre de su primogénita de treinta metros de eslora y cinco camarotes en suite también lo comparte con sus hijos, especialmente con Chábeli, con la que siempre ha tenido más sintonía.

Me consta que se parte de risa con los memes que circulan sobre él en las redes sociales, relativos a ese poder de seducción que le colocó durante años en los primeros puestos de las listas de «latin lover». En internet es fácil toparse con comentarios que, según me aseguran, no molestan al cantante, como este que se convirtió en viral: «Julio Iglesias, reclama la paternidad de todos los españoles nacidos entre 1968 y 2016».

A sus ochenta años no tiene intención de volver a cantar públicamente y también ha rechazado homenajes. Uno de ellos se iba a celebrar en el estadio del Real Madrid, el Bernabéu, escenario de varios conciertos apoteósicos. Fue, de hecho, el artista que cantó por primera vez en el Bernabéu, el 12 de septiembre de 1983.