Un potente terremoto de magnitud 8.8 ha sacudido este martes la costa oriental de la península de Kamchatka, en Rusia, a una profundidad de apenas unos 20 km. El sismo, uno de los más fuertes registrados en la región desde 1952, ha generado olas de hasta 4 metros en zonas como Severo‑Kurilsk, donde se han ordenado evacuaciones masivas.

De inmediato se han emitido alertas de tsunami en países del Pacífico, incluyendo Japón (donde se ha recomendado evacuar a cerca de 900.000 personas), así como para Hawái, Alaska, California, Canadá o Nueva Zelanda.

En Hawái se han activado órdenes de evacuación para las zonas costeras e interiores bajas, con sirenas sonando en Honolulu y recomendaciones expresas de trasladarse a terrenos más altos. Buena parte de la población ha huido en masa ante el riesgo de tsunami, aunque se han encontrado con serios problemas para desplazarse por carretera a consecuencia de la congestión.

La polémica de Oprah Winfrey en medio del caos

Un atasco que ha dificultado la evacuación y que de forma inesperada ha salpicado a Oprah Winfrey. La presentadora cuenta con una lujosa propiedad en la isla de Maui, cerca del Jardín botánico de Kula, una de las zonas más altas y a la que la población ha sido desplazada.

El único camino público conlleva unos 40 minutos de trayecto, pero Winfrey cuenta con una carretera privada para acceder a su propiedad que acortaría el viaje a la mitad. Las críticas a la presentadora por mantener cerrada la vía en esta situación de emergencia no se han hecho esperar, aunque finalmente ha accedido a abrir las puertas de la senda.

Una decisión que, tal y como muchos lamentan, ha llegado demasiado tarde, cuando la alerta de tsunami se ha reducido y varias horas después de que cundiera el pánico.

En cualquier caso, cabe señalar que no es la primera vez que Winfrey abre su carretera a la población en una situación de emergencia, puesto que también lo hizo en 2019 cuando se desataron unos graves incendios forestales en la zona.

La finca de la presentadora en Hawái se extiende alrededor de unas 400 hectáreas, la mayor parte en zonas de Kula y Hāna, adquiridas a lo largo de dos décadas mediante múltiples compras por decenas de millones de dólares. Su mansión principal forma parte de esta finca de agricultura y bosques, e incluye una casa original de 2003 completamente renovada con un estilo acogedor, junto a varias edificaciones adicionales. Un lugar de ensueño que en esta ocasión se ha convertido en un punto clave para evitar una tragedia.