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Entrevista

Luis Merlo y Natalia Millán: el salvajismo de la cotidianidad

Acaban de estrenar «Un Dios salvaje», obra cumbre de Yamina Reza, en el Teatro Alcázar de Madrid

Pase gráfico de la obra 'Un Dios salvaje' MARIO MORONEFE

Luis Merlo y Natalia Millán acaban de estrenar en el Teatro Alcázar de Madrid «Un Dios Salvaje», la obra cumbre de Yasmina Reza, junto a Clara Sanchis y Juanan Lumbreras, que completan el elenco. Después del éxito de «Conspiranoia», su último montaje también representado en Alcazar, este tándem interpretativo vuelve a subirse a los escenarios bajo la dirección de Tamzin Townsend y con texto del dramaturgo y guionista Jordi Galcerán. «Es un suma y sigue, con una nueva aventura en el escenario», declara Merlo con ilusión a este periódico.

Más que compañeros de profesión son familia. Su idilio en el mundo de la interpretación comenzó hace muchos años. «Más allá de la relación personal, trabajar con Luis es una maravilla porque es un monstruo escénico, entonces es un lujazo. Y luego claro, tenemos una amistad desde hace tantísimos años y nos conocemos tanto, que nos miramos y sabemos lo que pensamos», explica Millán. Según Merlo, heredero de una gran saga, ambos han conseguido tener «el don de la naturalidad y de la espontaneidad, que es algo muy difícil. Estamos en ese momento que me importa tanto que es estar en silencio. A la gente le gusta el cortejo y a mí la conclusión, porque soy muy impaciente. Somos una familia», confiesa Merlo.

Una comedia feroz

Tremendamente esperanzados con este nuevo proyecto teatral, afrontan con humor «y buen talante» esta nueva temporada en el Teatro Alcázar. «‘Un Dios salvaje’ es una situación que podríamos encontrarnos cualquiera. En principio, todos con buenas intenciones, pero los propósitos que cada uno tenía con respecto a esa reunión van a ser completamente los contrarios. La situación acaba de manera muy disparatada, muy ácidamente cómica, dura para los personajes pero divertida para el espectador. Creo que la obra no tiene intención de dejar ningún mensaje ni moraleja, es simplemente una mirada muy aguda y honda de cuatro personas muy distintas que se han metido en una situación de la cual no saben salir», explica Millán a este periódico sobre la obra.

"Un Dios salvaje"Cedida

Se trata de una comedia feroz sobre la fragilidad de la civilización que arranca con una premisa muy simple: dos parejas se reúnen para resolver, con aparente civismo, una pelea entre sus hijos. Merlo, una de las grandes figuras de la comedia en un nuestro país, reivindica este género. «Ante lo grande de la tragedia y de otros géneros, en esto los autores contemporáneos son filósofos de la risa. A través de la risa filosofan, pero no es su intención. Quizá lo difícil de esta función es que los personajes están en un límite que ellos ni siquiera saben que están ahí. Cuando el personaje va detrás de ti como actor, todo está muy medido e invita a la locura en el escenario. Esto hace a la función peligrosa en ese sentido, porque puedes entrar en lo heroico. El salvajismo de la cotidianidad da mucho más miedo que lo heroico», señala a LA RAZÓN.

Después de tanto tiempo, Luis y Millán se sienten muy privilegiados de poder vivir de su trabajo. «Hemos conseguido permanecer después de 40 años. Lo celebro, pero no dejo de pensar en los otros compañeros que no», expresa Merlo con tristeza. «Algún mérito tendré, pero también tiene mucho azar», añade Millán. «Un Dios salvaje» se estrenó el 15 de agosto en el Teatro Alcázar de Madrid y permanecerá en cartel hasta junio de 2026.