Maite Galdeano nos descubre su método de crianza: "la soberanía de la rectitud"

Ni filosofía Montessori, donde cualquier ayuda innecesaria se considera un obstáculo para el desarrollo de un niño; ni sistema Waldorf, donde el niño es recibido, educado y puesto en la vida con respeto y amor; ni filosofía Pikler, que parte de la idea de que intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo no solo es inútil, también perjudicial. Maite Galdeano, personaje mediático y colaboradora de televisión española de 55 años, creó su propio método para educar a su hija Sofía Suescun: "la soberanía de la rectitud".

Una semana más, el programa "¡De Viernes!" tuvo como protagonista a un miembro de esta peculiar familia, acostumbrada a orear sus vergüenzas en público y previo paso por caja. Si la semana pasada fue Sofía Suescun, concursante habitual de realities, anoche, 3 de enero de 2025, fue su madre, Maite Galdeano, quien protagonizó el nuevo episodio de esta tragicomedia. Durante su intervención, pasaba del ditirambo o alabanza apasionada de su hija al desprecio, acusándola nuevamente de estar bajo el hechizo de su novio Kiko Jiménez. Lo de menos era qué decía -parole, parole, parole…-, sino cómo y cuándo. Y ahí hay que reconocerle su gracia. Contó, por ejemplo, que Sofía le reconocía ser la mejor alarma cuando se iba de viaje y ella se quedaba al cargo de los perros y de la casa. "Si vienen los ladrones, se asustan de mí". En medio del drama de haber perdido la confianza de sus seres queridos, exclamó que ahora su hija tiene cuatro patas: su perrita, cuyo amor es "incondicional".

Galdeano nunca entendió que ese refrán que dice "el casado casa quiere" fuese con ella. "¿No es lo normal que una madre viva con la pareja cuando su hija se casa?", se preguntó sabiendo que sacaba su vena cómica, a pesar de mostrarse "hecha polvo, dolorida y sin poder quitarme de la cabeza a mi niña". En este estado dice encontrarse las 24 horas del día los siete días de la semana, a pesar de tener a su lado un nuevo amor, africano, que le ha devuelto la sonrisa.

Su momento de gloria en el plató llegó cuando reveló su exitoso método de crianza: "la soberanía de la rectitud". Dio algunos detalles: madre metomentodo, celebraciones de Navidad sin esas comidas copiosas tan perjudiciales para la salud y afán por el dinero. Según confesó, un brujo llegó a vaticinar cuando aún era niña que Sofía alcanzaría la fama y conseguiría ingresos "a nivel de futbolistas". Eso sí, admitió que en cuestión de amores la hija le salió rana. "Con los hombres, la pobrecita no es muy espabilada", zanjó. Sin duda, Maite Galdeano, animal televisivo, se gana con creces el talonario.