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DEP

Manolo "el del bombo" se merece el gran homenaje nacional que se le negó en vida

El icono de la Selección ha fallecido este jueves a los 76 años

Manolo el del Bombo KIKE TABERNERLa Razón

Era un hombre bueno, un enamorado del fútbol y de las cosas sencillas. Manuel Cáceres, conocido popularmente en medio mundo como Manolo "el del bombo", se ha ido de este mundo dejando de luto a un deporte que convirtió en pasión durante décadas. Diez mundiales y ocho campeonatos de Europa se lleva en su bagaje postrero, todo un récord para quien no hacía alarde de sus gestas.

La última vez que hablamos me confesó que “tuve que vender mi bar de Valencia porque ya no podía mantenerlo. Ahora vivo en el pueblo castellonense de Moncófar, y me mantengo gracias a una pensión de jubilación que no me da para muchos gastos”.

Humilde, empático y con unas enormes ganas de vivir, se quejaba de que “mi cuerpo ya no está para muchos trotes, pero por nuestra selección nacional daría lo que fuera. El fútbol es mi todo, no podría vivir sin él”.

Tenía setenta y seis años y era el rey de las tertulias futbolísticas en el bar al que solía acercarse cada tarde para revivir con los parroquianos anécdotas del pasado. Todos le escuchaban embelesados como si estuvieran en una clase de balompié.

Manolo 'el del Bombo, en un partido de España en la Euro 2020María José LópezEuropa Press

No tenía enemigos y su mayor desgracia, me desvelo, fue su separación matrimonial y el escaso con sus hijos, con los que llevaba tiempo sin hablarse. No sé si en los últimos tiempos hubo reconciliación familiar y si Manolo pudo recuperar por derecho su rol de padre. Ese distanciamiento le atormentaba. Aún así me dejó muy claro que se sentía orgulloso de haber dado una buena vida a sus cuatro hijos mayores y a la pequeña, la niña de sus ojos con la que si mantenía cierta relación.

No recibió el gran homenaje nacional en vida, pero sí lo tuvo en su pueblo natal, San Carlos del Valle (Ciudad Real). Y presumía de que “aquel día fue uno de los más emotivos de mi existencia, sentirse querido por la gente a la que quieres es el mayor don que puede darte Dios”. Y aseguraba que “el mayor homenaje es ver ganar a nuestra selección, sufro mucho con las derrotas, eso lo llevo muy mal”. Icono futbolero por excelencia, esperamos que hoy, la Federación Española de Fútbol, le dedique ese gran tributo multitudinario que no le dedicó en vida. Manolo ha muerto a los 76 años en Villareal, después de pasar varios días ingresado en el hospital por problemas respiratorios.