A los 73 años
María Jiménez muere 22 años antes de lo que tenía previsto
La cantante tenía una conexión con las artes adivinatorias que le hicieron tener la certeza de que su muerte llegaría en 2045
El destino le ha llevado la contraria a María Jiménez. Ella, echando mano de unas artes adivinatorias, hoy fallidas, vaticinó que “no voy a morirme hasta el 2045”, en una entrevista con su amigo Bertín Osborne. Y hablaba con el semblante tan serio que uno se lo creía sin dudar de sus palabras. Era tajante y se convencía a sí misma de sus vaticinios. Sincera y directa, siempre expresaba lo que le venía a la cabeza, y muchas veces traspasaba los límites, seguramente, sin darse cuenta del negativo balance de sus afirmaciones.
Su hermana Isabel, confidente y cómplice en lo bueno y en lo malo, corrobora en estos momentos tan duros ese convencimiento de María Jiménez de que la muerte no le iba a pillar tan temprano. Amaba tanto a la vida que ni le ocurría pensar en que el final estaba tan cerca. Eso sí, por si acaso, dejó marcadas las actuaciones que debían llevarse a cabo si se marchaba antes de tiempo. La más emotiva, ese viaje de sus restos mortales en un postrero recorrido en coche de caballos por su barrio del alma, el sevillano de Triana que la vio nacer hace setenta y tres años.
El día antes de su muerte, víctima de una dura y larga enfermedad, todavía le quedaban fuerzas para bromear con su hermana y su hijo en su casa. No se imaginaban que le quedaban tan pocas horas de vida.
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