
Discreción mediática
María José Campanario: regreso a televisión, pero con límites
La odontóloga debuta en "El Desafío" tras años de discreción mediática y encara el reto con disciplina, prudencia y una convicción firme: no volver a exponer su intimidad

Expectante ante la reacción del público, pero también satisfecha por haber llevado su propio listón hasta el límite. Así transita estos días María José Campanario, después de que Antena 3 haya comenzado a emitir las primeras promos de la nueva edición de El Desafío, donde participa como concursante. Un regreso televisivo que, aunque sorprendente para muchos, llega en su momento más sereno y con la determinación de demostrar -sobre todo a sí misma- que aún puede afrontar desafíos que exigen disciplina, esfuerzo y cierta dosis de valentía.
El proyecto ha sido, para Campanario, una inmersión profunda en terrenos poco habituales. La odontóloga, que desde hace años convive con fibromialgia, ha asumido las pruebas con una mezcla de intensidad y precaución. La enfermedad, caprichosa e imprevisible, convertía cada ensayo en una pequeña batalla. Aun así, quienes han seguido de cerca su recorrido en el programa aseguran que ha salido airosa y, en cierto modo, reforzada. Salir de su zona de confort le ha permitido volver a sentirse capaz, activa y conectada con una parte de sí misma que llevaba tiempo en silencio.
Nada de airear su intimidad
Tal vez por esa sensación de logro personal, Campanario no descarta volver a participar en otros proyectos televisivos. Eso sí: siempre bajo una condición innegociable. Nada de entrevistas que hurguen en asuntos del pasado ni de formatos que la empujen a airear su intimidad. Esa etapa, afirma en privado, quedó atrás. En coherencia con ese compromiso, ha rechazado ofertas con cachés más que jugosos para evitar reabrir debates que hoy solo le generan cansancio. Lejos quedan aquellos años en los que cada movimiento suyo se convertía en munición para el ruido mediático. Ahora, su brújula apunta hacia la protección, la calma y una contundencia nueva, menos impulsiva pero igual de firme.

Hace tiempo decidió que cualquier vulneración de su honor o el de su familia fuese gestionada directamente por un despacho de abogados. Una estrategia que mantiene sin fisuras. Sus prioridades han cambiado, y entre ellas destaca una por encima de todas: que sus hijos puedan seguir disfrutando de una vida normal. Su hija Julia, dedicada al mundo influencer, ha logrado mantener un curioso equilibrio -visible, sí, pero sin ser considerada personaje público- que le permite conservar una especie de anonimato funcional en el que se siente protegida y cómoda.
Campanario ha aprendido a convivir con la atención mediática desde la distancia, observando cómo el tiempo opera como el juez más certero e implacable. Hoy, más que nunca, parece decidida a escribir su propia narrativa: la de una mujer que vuelve a la pantalla, pero que ya no está dispuesta a pagar ciertos peajes.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


