
Críticas
María Pombo incendia las redes: "No sois mejores porque os guste leer, hay que superarlo"
La influencer desata un encendido debate cultural tras confesar públicamente que la lectura no es lo suyo

María Pombo lo ha vuelto a hacer: convertir una reflexión aparentemente inocente en un huracán mediático. La influencer madrileña, con más de tres millones de seguidores en Instagram, se ha convertido en el epicentro de un debate que trasciende lo digital: ¿es la lectura una cuestión de gusto personal o un signo de superioridad cultural?
Todo comenzó cuando una seguidora le comentó en redes que su espectacular librería "luciría mejor si estuviera llena de libros leídos". La respuesta de Pombo no tardó en viralizarse. "Lo voy a decir. Creo que hay que empezar a superar que hay gente a la que no le gusta leer. Y encima no sois mejores porque os guste leer", escribió sin rodeos.
"No pasa nada"
La creadora de contenido, que se define como lectora esporádica, matizó sus palabras con cierta contundencia: "Todos hemos tenido que probar el leer un libro. Hay gente que disfruta con ello y hay gente que no. Leo cosas que me interesan, pero no me cojo un libro y me leo una historia en la cama. Y no pasa nada. Hay que superarlo".

Sus declaraciones encendieron la mecha. Las críticas llegaron de inmediato: reproches por "banalizar la cultura", acusaciones de irresponsabilidad por usar su influencia para restar valor a la lectura, e incluso comparaciones con otras figuras públicas que han hecho de los libros una seña de identidad. Sin embargo, no faltaron las voces que celebraron su franqueza. "No todo el mundo tiene que amar lo mismo", escribían algunos seguidores, agradeciendo que normalizara un desinterés que muchos callan por miedo a ser juzgados.
Más allá de la polémica, lo cierto es que la conversación refleja un choque generacional. Mientras parte de la audiencia defiende la lectura como hábito insustituible, otros reivindican nuevas formas de consumir información y entretenimiento: podcasts, vídeos o plataformas digitales. Pombo, sin proponérselo, ha puesto sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿sigue siendo la lectura un canon de prestigio cultural en plena era digital?
En un país donde los índices de lectura apenas superan el 68 por ciento de la población, según el último barómetro del Gremio de Editores, las palabras de María Pombo funcionan como espejo de una realidad que muchos prefieren no mirar. Lo que para algunos es una herejía cultural, para otros no es más que un reflejo honesto de cómo cambian los hábitos. Y, como siempre en el universo Pombo, la discusión apenas acaba de empezar.
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