Michu murió esperando un trasplante de corazón: “No tenía fecha”

La muerte de Michu ha pillado a propios y extraños por sorpresa. Nada hacía presagiar que la nuera de José Ortega Cano perdería la vida a los 33 años en Arcos de la Frontera. Había pasado el día entero con su hija Rocío en la piscina y antes de subir a casa pasó por el bar a tomarse algo. Se comenzó a encontrar mal y así decidió regresar a casa. Aquí su situación empeoró y su hija, de tan solo 8 años, tuvo que regresar al bar a pedir ayuda. Una camarera y un cliente que era médico acudieron a su auxilio. Llamaron a la ambulancia y la encontraron con pulso. La reanimaron en dos ocasiones, pero finalmente fallecía.

La noticia ha dejado en shock a sus seres queridos y también a los miembros de la familia Ortega Cano. Rápidamente, nada más conocer lo sucedido, José Fernando, Gloria Camila y el novio de ésta, Álvaro García, ponían rumbo a Cádiz para arropar a la familia de Michu. En breve les seguirá los pasos José Ortega Cano, que aún permanece en Madrid. Hasta aquí se ha trasladado en cambio una íntima amiga de la fallecida, que se ha sentado a hablar con Sonsoles Ónega sobre cómo era su vida actualmente, su relación con la familia, cómo estaba ilusionada conociendo a un chico y también su delicada situación médica.

Michu, a la espera de entrar en quirófano para recibir un trasplante

María Rodríguez Gamaza, popularmente conocida como Michu, disfrutó la vida a grandes sorbos. Quiso coleccionar momentos rápidamente, lo que le pasó factura al tener que pasar por centros de rehabilitación, en los que terminó conociendo a José Fernando. Ya había reconducido su vida y es que su salud reclamaba mucha atención. Tenía una discapacidad reconocida del 38% por problemas en el corazón. Ha tenido que pasar en varias ocasiones por quirófano, una de ellas incluso para colocarle un marcapasos.

Al nacer, los médicos se percataron de que tenía una malformación cardiaca. De ahí que fuese operada con tan solo unas pocas horas de vida. Su corazón ya le alertaba de que estaba delicado, pero ella le sacó el mayor provecho posible viviendo una vida al límite. En 2017 recibió el empujón que necesitaba al recibir el marcapasos, pero esto tan solo supondría un parche que alargaría su esperanza de vida, así como su calidad. Pero no era una solución definitiva, pues si quería vivir más años debía someterse a un trasplante de corazón. No llegó a tiempo, como así ha recordado Vanessa, su amiga y representante en ‘Y ahora Sonsoles’: “No tenía fecha para el trasplante”.

“En cuanto tenía cualquier disgusto tenía que acudir al médico”, subraya su amiga, que recuerda por ejemplo cómo tuvo que abortar por prescripción médica en 2024. Los facultativos no recomendaban su embarazo, pues el riesgo para ella era muy alto. Su corazón no podría soportar la gestación, pero mucho menos el momento del parto. Pero, a pesar de su dolencia cardiaca, llevaba una vida plena.