
Belleza
Miguel Galeón: el nuevo lujo verde del maquillador de las estrellas
Le deslumbró Lauren Bacall y supo conquistar a las tops de los noventa y ahora, lanza su propia línea cosmética

El maquillaje debía ser conocido de la mano de su creador». Con esta filosofía, Miguel Galeón se convirtió en un referente indiscutible en el mundo de la belleza, decidido a elevar la industria del maquillaje y a revelar el arte que se esconde en cada pincelada. En un entorno acostumbrado a las modas pasajeras y a las normas dictadas por el mercado, Miguel irrumpió con una visión disruptiva: rescatar al maquillador del anonimato y reivindicarlo como creador y comunicador de belleza.
En 1993, durante un viaje a Londres, descubrió la firma japonesa Shu Uemura en los lujosos pasillos de Harvey Nichols. Aquel encuentro marcó el inicio de un nuevo capítulo en su vida. Inspirado y decidido a dejar huella en el maquillaje profesional, comenzó a destacar gracias a su talento natural y a su formación teatral. Con valentía, y una brocha en la mano, decidió presentarse a una prueba de la marca en Londres. Lo que empezó como un impulso terminó siendo un hito: su estilo audaz y creativo cautivó a todos. El destino quiso que su camino continuara en París, donde participó y ganó el Primer Concurso de Maquilladores Internacionales. Así, aquel joven aragonés de grandes sueños empezó a brillar.
Cuando llegó a Japón para formarse con el mismísimo Shu Uemura, Miguel supo que había alcanzado la auténtica meca del maquillaje. Allí aprendió la esencia del arte: la paciencia, la precisión y la belleza de la simplicidad. Esa experiencia no solo perfeccionó su técnica, sino que lo transformó en un artista completo. Su destreza llegó a asombrar incluso al público japonés, y su dominio de la famosa «técnica del compás» para dibujar cejas se convirtió en su sello distintivo. En cada trazo se apreciaba la delicadeza asiática fusionada con una elegancia barroco-oriental que definió sus creaciones.

Poco tiempo después regresó a Europa como primer maquillador Titular de Shu Uemura. Y su vida dio un giro de 180 grados. De joven talentoso pasó a codearse con supermodelos y leyendas de la industria: Naomi Campbell, Claudia Schiffer y muchas otras figuras que antes parecían inaccesibles. Con cada rostro, Miguel escribía una nueva página de la historia del maquillaje, convirtiéndose en el artista más influyente de su época sin perder jamás el espíritu soñador del aragonés que siempre fue.Recuerda con cariño el desfile en el que maquilló a la deslumbrante y jovencísima Esther Cañadas. Allí recibió un regalo inesperado: un par de lentillas azules, cortesía del propio Thierry Mugler. «Fue un detalle personal que atesoro», comenta con una sonrisa a quien escribe estas líneas.
Su conexión artística con el gran Karl Lagerfeld también marcó un antes y un después. Pocos saben que el diseñador utilizaba las sombras de Shu Uemura para dibujar sus figurines. A partir de esa coincidencia, ambos comenzaron a apoyarse mutuamente, forjando una amistad genuina que desembocó incluso en propuestas de colaboración muy beneficiosas. Tras la integración de Shu Uemura en el grupo L’Oréal, Miguel trabajó con Madame Liliane Bettencourt, una de las principales accionistas de L’Oreal e hija del fundador de la multinacional de cosméticos Eugene Schueller,quien quedó fascinada por su técnica y quiso conocer paso a paso cada producto que utilizaba.
Vuelta a la cosmética «green»
En 2002, tras la compra de la firma, Miguel decidió regresar a Cataluña para explorar nuevas facetas y adentrarse en el mundo de la perfumería. Sin embargo, su espíritu inquieto lo llevó a un nuevo proyecto que vería la luz en 2022: My Green Cosmetics. Con My Green, Miguel, que ha atesorado con toda su carrera una sabiduría inigualable, propone una cosmética lenta, el nuevo lujo verde: sin tóxicos, sin derivados sintéticos, sin colorantes, perfumes ni texturizantes. Ingredientes cien por cien naturales que fusionan medicina tradicional china, Ayurveda y tradición europea para crear fitocosmética de lujo, que es el producto de todo su bagaje profesional.
"Quiero que cada persona que utilice mis productos se sienta especial, no solo por su aspecto, sino también por cómo cuida de sí misma y del planeta"
Los productos se presentan en estuches inspirados en la papiroflexia y decorados por el maestro chino Hu Wey, evocando la belleza efímera de flores, iris y colibríes. «My Green» es una colección de joyas cosméticas, cada una reflejo de su compromiso con un mundo más consciente y su deseo de empoderar a quienes las usan. «Quiero que cada persona que utilice mis productos se sienta especial, no solo por su aspecto, sino también por cómo cuida de sí misma y del planeta», afirma Miguel.
Lauren Bacall y su rojo más favorecedor
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