Aristocracia

Mirko Sajonia, soltero de oro y médico solidario

Hijo de Kubrat de Bulgaria y Carla Royo, acaba de cumplir 28 años, no tiene pareja y es cirujano en la sanidad pública española

Mirko Sajonia
Mirko SajoniaInstagram

Es uno de los solteros de oro, actualmente sin pareja sentimental, de la aristocracia europea. Mirko Sajonia-Coburgo, hijo mayor de Kubrat de Bulgaria y de su esposa, Carla Royo-Villanova, príncipes de Panagyurishte, lleva una vida tranquila, dedicada en cuerpo y alma a su trabajo de cirujano en el Hospital Clínico San Carlos madrileño, centro de titularidad pública situado en el distrito de Moncloa, su familia y su gran pasión, el deporte. Uno de sus compañeros sanitarios le define como «un médico muy preparado, especializado en cirugía del aparato digestivo, gran persona y simpatiquísimo. En el hospital es muy apreciado y goza de la total confianza de sus superiores. Es uno más y nunca se jacta de su condición social (pocos saben que en un futuro será príncipe de Panagyurishte), es muy sencillo y humilde».

Esta misma semana, el miércoles veintiséis de abril, celebraba su 28 cumpleaños en la Feria de Abril sevillana. Es un gran admirador de su abuelo, el rey Simeón de Bulgaria, y de su padre, cirujano como él, a los que califica como «mis dos grandes referentes en esta vida».

Mirko es el primogénito de los tres hijos de Carla, sus hermanos pequeños son Lukas -que también es médico- y Tirso, cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Navarra y completó su formación en Estados Unidos. Realizó prácticas en cirugía cardiotorácica en el Royal Brompton Hospital en el Reino Unido, antes de instalarse definitivamente en España. Ahora es médico residente de tercer año en la especialidad de cirugía del aparato digestivo.

Mirko Sajonia
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Muy celoso de su vida personal, sabemos que en el 2018 participó en el Baile de Debutantes de París, ejerciendo de cavalier, acompañando a la guapísima condesa Gabrielle de Pourtalès, con la que le une una gran amistad. Pero su lugar está más en el quirófano que en los eventos sociales. Su padre le ha inculcado la afición por los deportes acuáticos. Como decimos, es un gran surfista, y cuando llega el buen tiempo aprovecha los fines de semana para ir con su pandilla de amigos al pantano de San Juan, cercano a Madrid, para practicar esquí acuático. Además, es un entusiasta del paddle surf. Y le gusta participar en competiciones «caseras» con sus amigos. Y si quisiera podría dedicarse profesionalmente a este tipo de deportes. Sus comienzos en dichas disciplinas fueron en la escuela Berria de Santoña. En Cantabria conocen bien a su familia, porque Santander y sus localidades limítrofes han sido siempre destino de vacaciones tradicional de los Sajonia-Coburgo. Otros lugares a los que suele desplazarse para disfrutar de sus aficiones marinas son las playas gaditanas, sobre todo la de Tarifa, o el cabo murciano de Palos. Domina las olas como un gran experto.

De Baqueira a Formigal

En época invernal suele esquiar en las estaciones de Baqueira y Formigal. Y es un gran apasionado de los automóviles de alta cilindrada y de lujo: su preferido es el Lamborghini. La caza es otra de sus aficiones, y varias veces al año participa en monterías. Su fama de buen tirador le precede. Y le encanta compartir las veladas nocturnas y las comidas con otros cazadores. También es considerado un buen bailarín, lo demuestra en sus noches discotequeras. Una de sus salas de ocio favoritas de Madrid es Kapital. Allí acude en ocasiones con amigos como Jaime de Borbón Dos Sicilias, Cósima Ramirez (la hija de Agatha Ruiz de la Prada) y Victoria Lopez-Quesada Dos Sicilias. Su grupo musical preferido es Taburete y es un fiel seguidor de su prima cantante, Mafalda, hija de Kyril y de Rosario Nadal, con la que le une un gran cariño.

En el aspecto ideológico está más cercano a los políticos del Partido Popular, a los que sigue en las redes sociales, sobre todo a Esperanza Aguirre, Alberto Núñez Feijóo y José María Aznar. Es un gran viajero y, si tiene que recordar algunas vacaciones en especial, no duda en afirmar que «fueron las del 2018, cuando fui con mis padres, hermanos, tíos y primos a una estación de esquí de Bulgaria. Allí pasamos las fiestas navideñas y disfrutamos muchísimo de aquel viaje».

La unión familiar es indisoluble. Mirko ha crecido con unos valores en los que el respeto hacia los demás, la perseverancia, la humildad, la lealtad y la solidaridad son piezas esenciales en su educación. Bien lo sabe la gente que le rodea. Carla ha dicho siempre que «me siento orgullosa de mis hijos, los tres son inteligentes, cariñosos y tienen una gran cultura. Saben hablar de todo. Desde que nacieron soy una mujer más paciente. ¿Qué cuál de ellos se parece más a mí? Todos tienen algo de su padre y de su madre. Mirko es un chico muy responsable, vive con nosotros y es un excelente deportista.

El amor hacia el deporte lo ha heredado de mi marido», comenta sin ocultar su orgullo y devoción por su primogénito. Quizá porque comparten profesión, se entiende mejor con su padre. Pero también siente un amor infinito hacia Carla. Eso sí, Kubrat de Bulgaria es padre, amigo y confidente.