Los muñecos de Mari Carmen ya tienen nuevo padre

Se han quedado mudos, sin la posibilidad de expresar los sentimientos que les hacía aflorar su dueña. Mudos y huérfanos. Los muñecos de la fallecida Mari Carmen son los asistentes inanimados a una verdadera tragedia. Pero no se quedan olvidados, el hijo de la ventrílocua, Miguel, se los lleva a su amplia casa de Madrid. Sabe perfectamente que su madre desearía que permanezcan en la familia. Y así será.

Los restos mortales de la querida artista fallecida llegarán hoy martes a Madrid, mañana se abrirá a las ocho la sala del tanatorio de Majadahonda para que sus familiares, amigos y compañeros de profesión le den un último adiós. Y el jueves a las doce del mediodía será enterrada en el cementerio municipal de Cuenca, su lugar de origen.

Es posible que los icónicos Doña Rogelia, Daisy, Rodolfo y Nicol, tal y como decía su “madre adoptiva”, tengan vida propia, y en este sentido, son los que más están sufriendo este adiós tan inesperado de Mari Carmen. La sintonía era absoluta, los muñecos parecían tomar vida en los ingeniosos coloquios con quien les manejaba.

Y Miguel, que en un pasado muy lejano, quiso ser seguidor de la profesión de su progenitora, manejando su propio muñeco, un mono muy divertido, sabe perfectamente las cuatro joyas que ha heredado.