Naomi Watts: "Me habría comido las uñas de mi perro si eso me ayudaba a quedarme embarazada"

La actriz británica Naomi Watts, nacida el 28 de septiembre de 1968, ha ido persiguiendo y cumpliendo sus sueños, pero su vida no está exenta de zancadillas. La primera, a los ocho años, con el fallecimiento de su padre, Peter Watts, un ingeniero de sonido que trabajó durante mucho tiempo como asistente de Pink Floyd. Su pérdida le dejó un vacío que tardó en superar. Hay otros episodios que salen ahora a la luz gracias a su libro de memorias"Me atrevo a contarlo. Todo lo que me habría gustado saber sobre la menopausia".

Uno de ellos, su dificultad para ser madre. El coste emocional y financiero que le supuso quedarse, por fin, embarazada de sus hijos, Sasha, que hoy tiene 17 años, y Kai, de 16. Ambos nacieron de su relación con el actor y director estadounidense Liev Schreiber. El camino más farragoso empezó recién cumplidos los 36 años. Aunque siempre había tenido en la mente la idea de la maternidad y, además, en edad joven, hasta entonces no había encontrado las circunstancias adecuadas para ello.

"Había pasado toda mi vida adulta hasta ese momento tratando de evitar el embarazo, así que, cuando me sentí preparada, a los 36 años, supuse que me quedaría embarazada en mi primer intento, tal vez en el segundo o el tercero como máximo. Pasaron los meses. Nada", cuenta en su libro. "Gasté mucho dinero, pero habría hipotecado mi casa para intentar solucionar este problema". Estaba decidida, costase lo que costase. La actriz confió, en un principio, en la biología y comenzó a controlar minuciosamente su ovulación y su temperatura basal con el fin de conocer los días idóneos para la concepción.

Naomi combinó el método del calendario y de los ciclos con otros métodos más precisos, como los test de ovulación que detectan la hormona LH en orina. "Incluso me hicieron exploraciones para ver los folículos ováricos y los óvulos formándose... Nada de eso funcionó", detalla. Luego le dijeron que, debido a sus niveles hormonales, no era candidata para la fecundación in vitro, pero, en lugar de rendirse, probó con medicamentos para la fertilidad y procedimientos de inseminación intrauterina.

"Me habría comido las uñas de los pies de mi perro si alguien me hubiera dicho que eso ayudaría ", añade en el libro. Nadie sabía que los días de esa mujer exitosa que rodaba con "Promesas del este", junto a Viggo Mortensen, transcurrían orinando constantemente en tiras con el fin de controlar su ovulación o verificar si estaba embarazada si su menstruación se retrasaba, aunque fuese una hora.

La noticia del embarazo finalmente llegó cuando estaba filmando esta película y tenía que realizar una serie de escenas de riesgo intensas, pero decidió seguir adelante con su trabajo. "No quería contárselo a nadie todavía porque era muy temprano y no quería dificultar el rodaje". Es un ejemplo de esa complejidad que afrontar las actrices en su proceso de maternidad. La pareja se separó en 2016, pero fue una ruptura amistosa que facilitó una crianza saludable.

En su libro, Naomi Watts explora, sobre todo, la menopausia y los cambios que trae consigo. "Lo he escrito -ha declarado- para quien esté viviendo la menopausia y esté pensando qué demonios le pasa, y para quien vaya a pasarla y quiera estar preparada, y así no llegue a ese periodo a ciegas, como me ocurrió a mí".