Entrevista
Natalia Millán: «Antonio Banderas merece un monumento»
Regresa a las tablas, su pasión, con «Bailo, bailo», el musical que resucita a Rafaella Carrá a través de sus canciones
En un gremio con tanta inestabilidad laboral, Natalia Millán (Madrid, 1969) puede presumir de tener una trayectoria tan prolífica como exitosa. Si alardear fuera lo suyo, claro. Sin embargo, la actriz de «Un paso adelante», «Cinco horas con Mario» o «Chicago» sigue asentando su carrera desde el esfuerzo, la disciplina y el buen hacer. Como cuando con 16 años daba clases de ballet o canto en la Escuela Universitaria de Artes. Hoy, varias décadas y decenas de proyectos después, regresa a las tablas, su pasión, con «Bailo, bailo», el musical que resucita a la gran Rafaella Carrá a través de sus canciones y que se representa en el teatro Capitol Gran Vía hasta el 26 de noviembre. Por si acaso se acaba el mundo, yo que ustedes agendaría esta cita.
Entiende la interpretación como un sacerdocio, por el nivel de compromiso. Confiese. ¿Cuál es la penitencia que más sacrificio le cuesta?
Se dice que los actores somos «atletas emocionales», por el dominio de nuestras emociones al servicio del personaje. El intérprete de musical es también atleta sin metáforas. Físicamente. No hay más que ver a nuestras bailarinas y bailarines de «Bailo, bailo», o de otros espectáculos, capaces además de cantar simultáneamente. Eso requiere esfuerzo y disciplina. Y cuidarse. Penitencia, ninguna. Solo el paro, muy elevado en nuestro sector.
Carmen Maura ha confesado que es poco remilgada y por eso siempre tiene proyectos. ¿Cómo hace para trabajar en serie (y en tantas series)?
Trabajo mucho, sí, y me siento afortunada. Pero no creo que sea por cuestión de remilgos.
Lleva tres décadas haciendo televisión, cine y teatro. Sin duda, es una de las grandes estrellas de los musicales de nuestro país. Conserva una gran humildad y una cierta timidez incorregible...
Muchas gracias por el piropazo. He de decir que en nuestro teatro musical cada vez brillan más estrellas. Ahora los artistas españoles se preparan de manera multidisciplinar, como en Broadway o en Londres. Los inexplicables prejuicios que existían en nuestro país –¡tan musical!– hacia el género son pasado, gracias a la excelencia de nuestras producciones. Sobre la humildad tampoco te fíes, soy actriz...
Un espectáculo musical dura una hora más que un partido de fútbol y cuesta la mitad. ¿Qué más hay que hacer para atraer al público?
La afición se gesta en la escuela. Si se dedicara más tiempo y recursos a promover el desarrollo artístico de los niños, como en otros países, o como se hace aquí con el fútbol, habría mucha más afición. Además, la creatividad es un valor fundamental para el crecimiento personal, pero también es determinante en el progreso profesional.
Antonio Banderas quiere un teatro en Madrid y abrir una academia escénica. ¿Agradece este paso adelante del malagueño?
¿Cómo no lo voy a agradecer? Lo que está haciendo Antonio Banderas en nuestro país es para ponerle un monumento. Los espectáculos que ha estrenado aquí son magníficos. Que una estrella internacional de su nivel se implique así con el teatro musical español merece no sólo todo el agradecimiento y todos los aplausos. Merece apoyo incondicional de institituciones y entidades públicas y privadas.
Rafaella se enorgullecía de que lo suyo con España era un auténtico noviazgo. En «Bailo, bailo», el show inspirado en su vida, ¿se percibe ese romance eterno?
Se percibe. El cuerpo escultural de Raffaella baila en un cuerpo de baile tan fabuloso como ella. El espíritu de libertad de Raffaella, su vitalidad, su energía... Y cada noche vemos al público estallar en aplausos con tanta alegría como la que ella contagiaba.
Ella fue un icono y gran defensora de las libertades, ¿qué más tenemos que agradecerle?
Era inteligente, trabajadora, perfeccionista, feminista, comprometida... Este musical es homenaje a una mujer única.
David Bisbal protagoniza un documental donde asegura que ha sentido el estigma de «Operación Triunfo» y que se ha tenido que ganar el respeto de la profesión. En este espectáculo trabaja junto Naim Thomas, que fue compañero suyo. ¿Nota ese recelo del gremio con los concursantes de talent?
Naim es un grandísimo profesional, que está ofreciendo en el Capitol una composición de su personaje, «Jordi», formidable. No imagino a nadie mejor.
Quedan solo tres capítulos para el final de «Cuéntame», donde interpretó a Cata, pareja de Antonio Alcántara tras su separación de Mercedes. ¿Esta serie llegará a proyectarse en los colegios para estudiar nuestra historia?
Podría ser. En «Cuéntame» la ficción y una crónica muy rigurosa de nuestra historia han ido siempre de la mano. También en el «Ministerio del tiempo», otra serie de altísima calidad.
Es muy celosa de su vida privada y no tiene redes sociales. ¿La fama le cuesta?
No voy a quejarme por ello. Y tampoco soy tan famosa...
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